Pasos pequeños, pero poderosos

07 de Marzo de 2019//
(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

Tenemos a nuestra disposición la herramienta más poderosa para llegar donde queremos llegar: nuestra capacidad de aprender. Siempre existe la posibilidad de cambiar, mejorar, evolucionar y crecer, porque siempre existe la posibilidad de aprender. 

En esta vida todo se decide y todo se aprende. Primero, uno decide lo que quiere, y luego aprende todo lo que sea necesario para llegar donde quiere llegar a través del estudio (conocimientos), la práctica (experiencia) y el feedback (ajuste).

Entonces, ¿por qué mucha gente no consigue lo que quiere? A menudo me preguntan cuál es el principal pecado que se comete en los procesos de cambio y transformación personal, y siempre respondo lo mismo: impaciencia.

La gente se fija metas, se pone en marcha y, al no ver resultados inmediatos, desiste. En esta vida nadie fracasa, sólo hay gente que abandona en algún punto del camino.

John Wooden, considerado el mejor entrenador de la historia del baloncesto universitario norteamericano, dijo cierta vez: “Cuando mejoras un poco cada día, al final ocurren grandes cosas. Cuando mejoras tu forma física un poco cada día, al final se produce una gran mejora en tu forma física. No mañana, ni al día siguiente, pero al cabo del tiempo has hecho un notable progreso. No hay que buscar mejoras rápidas y espectaculares, sino mejoras pequeñas, día a día. Esa es la única forma en que ocurren, y cuando lo hacen, permanecen”.

Es un consejo sencillo, pero que poca gente aplica. Además, los pequeños pasos desactivan los miedos que producen los grandes desafíos y permiten ganar seguridad en cada paso que damos para seguir dando otros más.Los pequeños pasos desactivan los miedos que producen los grandes desafíos y permiten ganar seguridad

El éxito alimenta la autoestima, y un pequeño éxito te lleva a abordar retos más grandes. Si nunca has hablado en público y te ofrecen dar una charla en un estadio de fútbol y aceptas, probablemente seas víctima de la ansiedad, aquello salga mal y no quieras volver a saber nada de estar delante de una audiencia nunca más. Por el contrario, si aceptas dar un pequeño discurso en un cumpleaños, el colegio de tu hijo u otro evento, y lo preparas a conciencia, aquello saldrá bien, ganarás confianza y te atreverás a cotas más ambiciosas sucesivamente. La confianza es el alimento del talento, y la confianza se gana con entrenamiento.

Si quieres escribir un libro, no te obsesiones con su entrega. Escribe una página cada día y haz esa página de manera excelente. Al final de la semana tendrás siete páginas, y al cabo de un mes treinta. Continúa con esa marcha y tendrás el libro acabado.La confianza es el alimento del talento, y esta se gana con entrenamiento

James Altucher, uno de los personajes incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 15ª edición), señala: “Crear algo único, hermoso y valioso es muy difícil. Es muy especial hacerlo. No sucede rápido. No busques dar el pelotazo rápido. Pocos lo consiguen. El éxito es algo de largo plazo, aunque en el camino, encontrarás muchos pequeños éxitos que celebrar”.

La mejor manera de comerse un elefante, se ha dicho una y mil veces, es bocado a bocado. El problema, como siempre, es que queremos llegar demasiado rápido a destino, engullir el mamífero de golpe, por lo que nos indigestamos y abandonamos.

La receta está clara: sé tan paciente como ambicioso. Un ejemplo que nos sirve de referencia como metáfora del desarrollo personal es el bambú chino. El funcionamiento de esta planta tropical es el siguiente. Tras plantar la semilla, no se ve nada durante aproximadamente cinco años, salvo un brote muy diminuto. Todo el crecimiento es subterráneo; se está construyendo una compleja estructura de raíces que se extiende en vertical y horizontalmente por la tierra. Luego, al final del quinto año, el bambú chino crece velozmente hasta alcanzar una altura de veinticinco metros.

Para tener éxito hay que ser tan paciente como ambiciosoAlgo parecido ocurre en los procesos de desarrollo personal. Cierto día uno decide ponerse en marcha para cumplir su sueño. Trabaja sin descanso, pero no ve resultados. Así una semana tras otra, un mes tras otro, pero nada ocurre y las cosas parecen como al principio. Entonces, aparecen las dudas y los momentos de debilidad emocional en los que uno empieza a cuestionarse cosas. Algunos, ante la incertidumbre del futuro, desisten y prefieren volver al refugio. Otros continúan, pero poco tiempo después también abandonan. En definitiva, un gran porcentaje de personas desiste y sólo un puñado muy reducido insiste. Esos son los que terminan finalmente por ver realizados sus sueños.La gente sobrevalora lo que puede conseguir en un año, y sin embargo, infravalora lo que puede conseguir en una década

Hace algún tiempo acuñé una fórmula que creo que resulta visualmente muy útil y que no deberíamos perder nunca de vista:  Poco + Poco = Mucho. Un poco sin importancia, más otro poco sin importancia, más otro poco sin importancia... acaba haciendo una gran diferencia con el paso del tiempo. No es complicado de entender, pero vivimos muy aferrados al corto plazo, al éxito rápido y fácil, y así es complicado consolidar algo grande. Las cosas necesitan su proceso de despegue, maduración y consolidación. Nada que merece la pena se construye de un día para otro. El éxito se cuece a fuego lento.

No es la velocidad sino la constancia la que te hará llegar lejos. En la fábula, la tortuga gana a la liebre, a pesar de que esta última era más rápida. Si tienes un sentido claro de dirección (sabes lo que quieres), trabajas todos los días en esa dirección (constancia) y no renuncias a ello (paciencia), las cosas tienen que acabar funcionando. Zig Ziglar nos recuerda lo siguiente: “No se desanime, a menudo es la última llave del llavero la que abre la puerta”. Anthony Robbins también hace una reflexión interesante: “La gente sobrevalora lo que puede conseguir en un año y, sin embargo, infravalora lo que puede conseguir en una década”.Ningún fracaso puede derrotar a la perseverancia

El éxito es una cuestión de perseverar cuando los demás han renunciado. Gran parte del éxito consiste en insistir una y otra vez hasta llegar donde uno quiere. La mayoría abandona antes. Ningún fracaso puede derrotar a la perseverancia. El éxito es un proceso, nada sucede de manera inmediata, y ese proceso hay que sufrirlo, pero siempre tendrás una oportunidad de triunfar si no te rindes. Siempre tendrás una oportunidad de triunfar si no te rindes

Aprendiendo de los mejores (Alienta) es el libro más vendido de management de un autor español de los últimos años. Ya en su 15ª edición y más de 40.000 ejemplares vendidos, se ha convertido en el libro de cabecera de muchos directivos y empresarios por su capacidad de sintetizar y explicar una ingente cantidad de conocimiento y sabiduría sobre el mundo del desarrollo personal, los negocios, el liderazgo, la libertad financiera o la espiritualidad

Traducido al italiano y también en formato audiolibro, recientemente ha sido publicado Aprendiendo de los mejores 2 (Alienta) con nuevos personajes de ámbitos y disciplinas diferentes a los del primer volumen.

Tu capacidad de aprender es tu activo más valioso, y la mejor forma de aprender es de ‘los mejores’, de aquellas persons que ya han llegado donde tú también quieres llegar. 


Texto publicado en Executive Excellence nº 155, febrero/marzo 2019.

Francisco Alcaide Hernández, conferenciante, escritor y formador en liderazgo y motivación. Autor del bestseller Aprendiendo de los mejores (15ª edición)

(www.franciscoalcaide.com / www.conferenciasfranciscoalcaide.com)