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Colegio Base, el éxito de un modelo educativo innovador

(Tiempo estimado: 7 - 13 minutos)

Desde su creación en 1962, lejos de la línea educativa establecida en aquella época en España, el Colegio Base ha sido un colegio liberal, mixto, no confesional, independiente, sin identificación política, y no dirigido a un grupo o estamento cultural o profesional determinado. Esa línea se perpetúa en la actualidad con la segunda generación al frente.

Su tío y su padre fundaron la institución pero, a pesar de tener una licenciatura en Derecho, tuvo que empezar desde abajo: “Comencé trabajando como guarda del colegio”, nos cuenta, “que nadie tenga que enseñarte dónde están los plomos”, le decía su padre. 

Juan de Santiago dirige el Colegio Base, un centro privado cuyo espíritu innovador guía todo el proceso de enseñanza. No solo han demostrado que se pueden conseguir resultados académicos excelentes con un modelo educativo diferente, sino que la división entre el área educativa y el área de gestión les reporta una ventaja diferencial frente a la competencia. 

Hace unos meses tuvimos la oportunidad de charlar con su primo y socio, Jaime García Crespo, director general de CEYS, Consultora de Educación y Sistemas, la empresa corporativa que implementa un modelo de gestión único y específico para centros educativos. Hoy conocemos la segunda mitad de este éxito: el proyecto educativo del Colegio Base. 

EXECUTIVE EXCELLENCE: ¿Qué beneficios representa el hecho de contar con un soporte como el que ofrece la corporativa del Grupo?

JUAN DE SANTIAGO: En primer lugar, nos permite trabajar a un nivel tremendamente profesional en las áreas relativas a gestión (marketing y comunicación, recursos humanos, económico-financiero, control de gestión, compras y sistemas), con especialistas en estos ámbitos que también están muy vinculados al entorno educativo. Además, el pertenecer a un grupo de colegios facilita las sinergias, lo que es muy claro por ejemplo en el caso de compras. 

Desde el aspecto educativo, esta división favorece que todo el equipo del área pedagógica se dedique en exclusiva al proyecto educativo, pues la gestión es responsabilidad de la corporativa. Creo que, claramente, es un modelo de éxito.

E.E.: El Colegio Base es una institución educativa independiente y de carácter privado. ¿Hasta qué punto el rol de la Administración en la educación limita el desarrollo de modelos educativos innovadores en los centros privados de España?

J.D.S.: Es cierto que la Comunidad de Madrid, en este caso, legisla sobre mínimos, pero son mínimos tan máximos que dejan muy poco espacio a los proyectos realmente innovadores. 

Como centro privado, tenemos una cierta ventaja, dado que el Estado no aporta ningún fondo al colegio. Aun así, creo que el dotar a los centros de la suficiente autonomía como para poder desarrollar proyectos propios es uno de los grandes desafíos de la legislación educativa española para el futuro. Eso permitiría una mayor competencia entre ellos y, por lo tanto, una mayor calidad. Países como Finlandia, cuyos resultados en la prueba PISA son evidentes, tienen como rasgo fundamental una gran capacidad de autonomía de los centros. 

E.E.: ¿En qué medida es una rémora la politización de la educación en nuestro país a la hora de adoptar modelos de otros lugares que, objetivamente, han demostrado ser eficientes?

J.D.S.: Es absolutamente determinante. Cada vez que hay un cambio legislativo, nos damos cuenta de que estamos hablando de política, no de educación. Creo que en España deberíamos afrontar un cambio real del sistema educativo, que se adecúe no solo a las expectativas que tienen nuestros alumnos y a un modelo de formación completamente diferente al que nosotros recibimos, sino que además responda a las necesidades de formación que les van a demandar las empresas en el futuro, en el que les van a exigir, fundamentalmente, competencias.

Si pensamos a nivel profesional en el trabajo que hoy desarrollamos nosotros mismos, de nada nos sirve saber los afluentes del Tajo por la izquierda. Esa es una información que está en Internet, accesible a cualquiera en un minuto, pero las competencias de carácter emocional, de trabajo en equipo, de expresión en público, etc., son fundamentales. 

Si, como sociedad, no somos capaces de afrontar un cambio de paradigma educativo, estaremos formando a personas descontentas en un modelo que no tiene nada que ver con lo que luego se les va a requerir. Este es el verdadero quid de la cuestión.

Cuando hablo de la educación, me refiero a nivel general, porque creo que el modelo del Colegio Base es completamente diferente, y así lo demuestran los últimos resultados de la estadística comparada de la Comunidad de Madrid. Somos un ejemplo de que se puede educar de una forma muy diferente y seguir manteniendo unos excelentes resultados académicos.

Sin embargo, como país, no podemos obviar que un 22% de los alumnos españoles abandona los estudios a los 16 años sin titular. Eso es un drama social. O verdaderamente somos capaces de ofrecerles un modelo que les interese –lo cual no se consigue con una ley educativa, sino con un nuevo paradigma que se traduzca en una ley y que, por supuesto, no se modifique cada vez que haya un relevo en el Gobierno–, o estaremos condenando al fracaso a una generación.

En Finlandia, un Comité independiente se encarga de toda la política educativa, y se mantiene con el cambio de gobierno. Una ley educativa debe tener al menos el peso de una generación. Además, cualquier reforma debería considerar a los profesionales, y no ser únicamente decidida por un político en el despacho. Es fundamental pulsar la opinión de los profesionales que están diariamente en el aula.

Considero que la clave está en crear un modelo diferente que integre las nuevas tecnologías y las nuevas formas de pensar. Estamos inmersos en una gran revolución tecnológica, que será incluso más importante que la industrial, pero ahora mismo no podemos apreciar las consecuencias en toda su dimensión. El mundo ha cambiado tanto, la forma de comunicación y de relación de nuestros alumnos es tan distinta que, o construimos sobre eso, o no avanzaremos.

E.E.: También es cierto que, en las últimas décadas, se ha hecho un gran esfuerzo garantizando el acceso a la educación a toda la población española, y hoy el nivel de escolarización a partir de los tres años es casi del 100%. Sin embargo, nos hemos estancado ahí y solo algunos centros, como el Colegio Base, han sabido continuar con un desarrollo hacia la excelencia y otro tipo de capacidades. ¿Por qué?

J.D.S.: Estoy totalmente de acuerdo. El avance que se ha producido en las últimas décadas es enorme, pero ahora el reto es otro. Tenemos que diseñar de nuevo todo el modelo educativo partiendo de la realidad actual y con el objetivo de garantizar una formación para conseguir profesionales competitivos en el futuro.

Tradicionalmente, España ha seguido un modelo educativo continental, basado en el modelo francés que desarrolla mucho más las capacidades memorísticas que las competencias. En un momento pasado, en el que el acceso a la información era muy complicado, eso pudo tener cierto sentido; pero en un mundo donde el acceso a la información se produce casi en tiempo real, el modelo educativo debe ser otro. Estamos hablando de educar por competencias, y no por conocimientos, sin que eso implique falta de esfuerzo y de trabajo por parte de los alumnos, ni tampoco que no deban tener una base cultural determinada. Uno puede acceder a Internet para consultar la lista de los Reyes Godos, pero no para saber que Madrid es la capital de España. El reto está en hacer compatible ese currículum dual, sabiendo cuánto peso otorgar al conocimiento memorístico y cuánto a las competencias. 

En mi opinión, estas últimas son esenciales, pues el entorno profesional exige tener capacidades y competencias para desarrollar el trabajo. En este sentido, creo que se está avanzando a nivel de enseñanza privada, y en algunos casos también pública. Cuestiones como la educación emocional son un elemento fundamental y transversal del proyecto educativo del Colegio Base.

Los colegios tenemos la función de educar, y eso es mucho más que transmitir conocimiento. Se trata también de transmitir valores, competencias, actitudes…, y ahí está el gran desafío.

E.E.: Otro de los aspectos que ha cambiado es la estima o consideración social que hoy se tiene del profesor en España. ¿Es necesario que el entorno se conciencie de la importancia del profesor y respete su trabajo?

J.D.S.: Es fundamental. Una de las características del sistema finlandés es que quienes llegan a ser profesores son los mejores profesionales, puesto que la nota para acceder a la carrera es de las más altas que existen. Esto lleva aparejado una gran consideración social. 

En España, aunque ahora existe una mayor conciencia, con ejemplos como la Ley de Autoridad Pública del Profesorado, la solución no está en el marco normativo, sino en potenciar desde todos los sectores la importancia social del profesor como un elemento absolutamente fundamental para el futuro del país, pues son los responsables de formar a las generaciones que van a sacar a España adelante.

En cualquier caso, para valorar al profesor hay que valorar primero la importancia de la propia educación.

E.E.: La evolución tecnológica ha afectado a todos los sectores, pero muy especialmente al educativo. ¿Qué cambios ha supuesto para el Colegio Base?

J.D.S.: Es evidente que la irrupción de las nuevas tecnologías ha supuesto un cambio, pero creo ni siquiera ahora somos conscientes de su magnitud. Quienes vivimos con niños y jóvenes nos damos cuenta de que no solo ha variado el sistema educativo, sino también su forma de relacionarse, de obtener información, en definitiva, su manera de ver el mundo; la incidencia de las nuevas tecnologías va más allá de su aplicación, impregnando a nuestros niños y jóvenes de una forma global.

En el Colegio Base, hace ya 10 años que todas las aulas están dotadas de pizarra digital interactiva. Desde hace cinco, cada alumno de Secundaria trabaja con un ordenador portátil, en modalidad one to one, como herramienta de trabajo tanto en el aula como en casa. En Primaria, ya estamos trabajando con el iPad en primer y segundo ciclo, y el próximo año introduciremos la modalidad de iPad one to one en quinto y sexto.

No hay duda de que las nuevas tecnologías son una herramienta imprescindible, sobre todo cuando estamos educando a alumnos que han nacido como nativos digitales y que están absolutamente acostumbrados a los estímulos audiovisuales, pero hay que tener claro que se trata simplemente de una herramienta, no de un fin en sí mismo. 

Para nosotros, la innovación es un elemento esencial y podemos decir que somos pioneros –y estamos reconocidos como tales– en la implantación de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación.

E.E.: Nos parece que estas nuevas tecnologías han permitido recuperar parte de la esencia del “maestro” como la persona que acompaña, guía, ayuda a crecer… ¿Ha variado realmente la función del profesor en el aula?

J.D.S.: En el caso de Primaria, la función del maestro como persona que sobre todo educa y actúa como ejemplo para los niños nunca se ha perdido. Es cierto que en Secundaria y Bachillerato se produce de una forma diferente, porque los programas obligan a los profesores a estar mucho más centrados en la transmisión de conocimientos. Esto es algo que ha de cambiar. Tenemos que convertir a nuestros profesores en personas que acompañan y guían a los alumnos, en su proceso de aprendizaje no en meros transmisores de conocimiento.

Hoy Internet permite el acceso a todo tipo de información, incluso a información absolutamente contradictoria, de modo que el profesor debe ser un guía para ayudar al alumno a adquirir las competencias que le van a permitir acceder a la información correcta de la manera adecuada y crítica. Por lo tanto, el cambio del rol del profesor es evidente.

También creo que, en muchos casos, ya se está produciendo, porque el alumno no permite que el profesor sea simplemente un transmisor. Es decir, muchas veces la ley educativa va infinitamente por detrás de la realidad del mundo educativo. Nosotros no nos podemos parar, porque nuestros alumnos nos exigen todos los días, con independencia de lo que pueda decir una ley o un gobierno.

E.E.: El Colegio Base ha apostado por el Modelo EFQM y ha conseguido el máximo reconocimiento, como es el Sello de Excelencia Europea 500+. ¿Qué consecuencias, internas y externas, ha supuesto este compromiso con la excelencia? 

J.D.S.: A nivel interno, hay una aportación absolutamente fundamental: la posibilidad de mejora continua. Hay que partir de una premisa fundamental, como es que lo que no se evalúa no se controla, y lo que no se controla no se puede mejorar. El modelo EFQM permite enfocar a laorganización directamente hacia el objetivo de la mejora continua, estableciendo sistemas de control y medición muy claros en los aspectos claves permitiendo con ello establecer esos objetivos de mejora.

A nivel externo, además del reconocimiento que supone, destacaría, especialmente en un nivel 500+, el tener acceso a un know how por parte deotras empresas e instituciones de muy diferentes ámbitos que también están en poder de este mismo grado, lo que revierte en el colegio de una forma evidente.

E.E.: El próximo 27 de noviembre, el Colegio Base acogerá la Jornada EFQM. ¿Qué objetivo persigue esta celebración y qué detalles nos puede desvelar?

J.D.S.: Se trata de una jornada abierta a empresas de cualquier sector. Nuestro objetivo fundamental es compartir con ellas la problemática del mundo educativo. La formación de las futuras generaciones es un elemento clave para su futuro y para nosotros su opinión es un elemento también muy importante sobre hacia dónde debemos encaminarnos. Muchos de nuestros alumnos acabarán trabajando en ellas. Sus necesidades son en el fondo las de nuestros alumnos.

Por ello, haremos un pequeño análisis del sistema educativo español y abordaremos un tema que nos parece fundamental, como es la educación emocional. Por supuesto, hablaremos también de lo nos ha aportado el Modelo EFQM y el Sello 500+, así como de la diferenciación entre el área de gestión y el área educativa a la que me refería al principio de la entrevista.

E.E.: Para terminar, ¿cuáles son las expectativas del Colegio Base? ¿Qué logros les gustaría alcanzar en el medio plazo?

J.D.S.: Un elemento fundamental de nuestra misión es dotar a los alumnos de aquellas herramientas que les permitan decidir libremente su futuro. Solo una persona bien formada en todos los ámbitos puede hacerlo. Por ello nuestro gran reto a medio y largo plazo es ser capaces de llevar a la práctica todo lo que hemos mencionado en la entrevista y que se resume en implementar un modelo educativo que no olvide el esfuerzo ni el trabajo, que son absolutamente primordiales, pero que partiendo de esos valores, permita formar a nuestros alumnos en el ámbito de las competencias. Ese es nuestro empeño.


Entrevista publicada en Executive Excellence nº116 oct2014.

 


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