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Leer con un excellence touch

19 de Diciembre de 2013//
(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)

En mi opinión, tener éxito no es algo que se consigue solamente con planificación cuidadosa y trabajo duro, aunque esto sea importante. El éxito se alcanza, en buena medida, gracias a una mentalidad y actitudes adecuadas, centradas en aquellos resultados que se pretenden alcanzar, mucho más que en el número de horas que se trabajen.

En consecuencia, tener claro los objetivos que son prioritarios pasa por identificar los resultados que son importantes para nuestros grupos de interés: clientes, colaboradores, colegas, accionistas, partners y sociedad.

Nada nuevo, lo sé, y no pretendo dar lecciones sobre cuáles debieran ser los objetivos de nadie. Sí quiero llamar la atención sobre la importancia de tenerlos claramente formulados y priorizados, aunque tampoco sea este mi objetivo con esta columna.

Leer eficaz y eficientemente, con un excellence touch, es una cualidad que gana enorme importancia día tras día en nuestra economía del conocimiento. Para lograrlo es necesario tener muy claro cuál es el propósito, el objetivo, de nuestra lectura, y permanecer aferrado a él. Es decir, lo mismo que para tener éxito en general.

Muchas veces me pregunto a mí mismo si, realmente, soy un lector, digamos que activo, que sabe con certeza el número de fuentes de lectura, virtuales y físicas, que leo regularmente por motivos diferentes al entretenimiento, si tengo un objetivo claro para cada publicación o si mi mente se dispersa con cada encabezamiento ingenioso, o si conozco el tiempo que dedico semanalmente a leer y si esa cantidad de energía que empleo en ello responde a objetivos profesionales. 

Me temo que me hace falta un ejercicio PDCA (plan-do-check-act) elemental que me proporcione un excellence touch también en lectura, porque a pesar de las muchas horas que le dedico a lo largo de la semana, sigo echando en falta algo que cualquier profesional de la calidad sabe que es básico para desarrollar eficazmente cualquier actividad, y eso se llama “proceso”.

Recuerdo que una vez me enseñaron la importancia de los cuatro pasos siguientes, a la hora de ejecutar un proceso de lectura activa con eficacia y eficiencia.

Primer paso. Antes de comenzar a leer cualquier documento, dedica unos minutos a tratar de entender su estructura. En libros, por ejemplo, leer el índice de contenidos y en trabajos más cortos, los encabezamientos, porque ayudan a comprenderlos mejor, descubriendo así cómo planea el autor moverse de una idea a otra. 

Segundo. Lee la introducción cuidadosamente, buscando la frase que abre el propósito del contenido del artículo o capítulo. Después, salta directamente a la conclusión porque ahí es donde el autor señala dónde quiere llegar y solamente cuando lo supiésemos debiéramos abordar la lectura del resto del texto.

Tercero. Echa una ojeada al cuerpo, del artículo o capítulo del libro, leyendo el comienzo de cada párrafo. Todo buen escritor comienza cada párrafo con una frase lapidaria, seguida de argumentos y hechos que explican su lógica.

Por último, cuando leas un artículo, piensa, durante y después de revisar el material, qué quieres recordar del mismo, pero para ello será necesario haber pensado primero, cuál es el propósito de esa lectura.

Hasta ahí es lo que me enseñaron para leer mejor, pero como con casi todo, uno no llega a dominar una competencia hasta que no la practica sistemáticamente. 

Los directivos y profesionales en cualquiera de sus niveles, debiéramos centrarnos en los resultados alcanzados más que en las horas trabajadas, porque, en definitiva, ¿cuál es el propósito de conseguir hacer más en menos tiempo? En mi opinión, no es solamente labrarse una más brillante carrera profesional, sino disfrutar de una vida más rica y satisfactoria. Cuanto más eficientes seamos trabajando, más tiempo tendremos para nuestras familias, amigos y demás asuntos de los que nos ocupamos. 

En el mundo actual sobrecargado de tareas y cada vez más complejo, leer más libros, más artículos, es importante para crecer, para perfeccionar tus competencias, para reflexionar sobre la percepción que de la realidad tienen otros en posiciones de referencia, para muchas más cosas pero, sobre todo, para ir conformando tu propia visión del futuro. Por ello, leer con eficacia y eficiencia, con excelencia, es y será una competencia crítica.


 

Juan Liquete, secretario general del Club Excelencia en Gestión.

Artículo publicado en Executive Excellence nº108 dic13