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Los cimientos del nuevo crecimiento

26 de Marzo de 2015//
(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

En la primera mesa de debate del Foro, empresarios, representantes del mundo académico y ex ministros, moderados por el presidente de Europa Press, Asís Martín de Cabiedes, dieron respuesta a estas tres cuestiones: ¿Son sostenibles los resultados de las reformas emprendidas? ¿Están nuestras instituciones preparadas para la demanda de excelencia país? ¿Existe en nuestro país el talento que requiere el nuevo crecimiento?

Para José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España y del Foro de Marcas Renombradas Españolas, “la reforma más importante que se ha producido está en la gente, que ha entendido que la euforia de antes de la crisis era artificial. Eso se ha reflejado en diferentes reformas. Por ejemplo, la mentalidad de muchos empresarios ha cambiado. Saben que no pueden cometer excesos como los pasados”. También destacó que ahora las empresas entienden que la competitividad y la internacionalización son sus dos factores estratégicos para sobrevivir: “Las pymes saben que tienen que ganar tamaño. Antes no querían salir, pero ahora el tejido productivo del país está decidido a adaptarse a la globalización”. 

Según Bonet, las posibilidades de hacerlo con éxito son mayores, gracias al posicionamiento de las más de dos mil quinientas multinacionales españolas que ya están en el exterior, “quinientas de ellas con una posición de liderazgo, como Freixenet”. 

Para la internacionalización de las pymes, afirmó, es fundamental el papel de las instituciones, la Administración y las grandes empresas: “El tener partners españoles en los países destino donde vas a emprender es de gran ayuda. Por lo tanto, hay que aliarse para adaptar el tejido productivo a la internacionalización, y hacerlo con el talento mejor formado”.

En opinión de José García Carrión, presidente de J. García Carrión, “hay mucho talento en España, pero está desordenado”. El directivo criticó a las Comunidades Autónomas por no haber hecho los deberes y “permitirse el lujo de tener esos presupuestos y déficits y no haber emprendido las reformas que sí ha hecho el Gobierno central”. También tuvo duras palabras para las eléctricas, a las que calificó de ser “el mayor lastre que tenemos en estas industrias”, y enfatizó que “somos una potencia agroindustrial tremenda, aunque no sea considerada por el Ministerio”.

Por su parte, Manuel López, presidente de la Confederación de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que agrupa a 74 universidades (50 públicas y 24 privadas), declaró que la Universidad afronta tres circunstancias como consecuencia de haber atravesado esta época de dificultad económica: “En primer lugar, el paro juvenil, que es el daño estratégico social más importante producido en este período. Somos el país europeo con mayor incidencia de paro juvenil”. De entre todas las consecuencias sociales que esto provoca, López resaltó “el efecto de pérdida de talento, de desánimo de las nuevas generaciones y de pérdida de protagonismo. Hoy los estudiantes de los últimos cursos de universidad consideran irse a trabajar fuera, algo que para mí es muy positivo, siempre que puedan volver cuando quieran. De no ser así, esto podría afectar al ámbito de la ingeniería, de la medicina y de la gestión de empresas, fundamentalmente”. La segunda cuestión es el enorme ajuste que financieramente ha sufrido el sistema universitario español, que ha impactado en el deterioro de infraestructuras, “aunque ha tenido una ventaja: cuando se adelgaza se da un efecto metabólico positivo para el organismo, siempre que no mueras de hambre”. En este sentido, se ha producido una reorganización y más eficiencia en la gestión. 

Por último, mencionó el resultado de la crisis sobre la investigación y la innovación tecnológica, que ha motivado “una pérdida de talento preocupante por la disuasión de investigadores españoles a volver y la inducción a irse fuera. Estoy hablando de todo el sistema de I+D+i. Un efecto positivo es que la disminución de la inversión en I+D+i ha aumentado la eficiencia en la consecución de los proyectos de investigación europeos”.

A continuación, Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, afirmó que 2015 será un año de crecimiento y de creación de empleo: “Las circunstancias son positivas, pero lo importante es salir a buscar la recuperación, porque las circunstancias solo tienen un efecto de empuje, pero depende del yo”. Para Pimentel, las reformas han ayudado “a que el resto de países europeos nos tomen como serios y rigurosos, un país que aspira a la excelencia”, aunque ha subrayado que el nuevo Gobierno no deberá perder el impulso reformista: “En general, el cuerpo social siempre es reacio a ellas, y debemos reconocer que se han llevado a cabo en unas circunstancias de dureza económica extrema”. Su valoración sobre las mismas es desigual: “Creo que la laboral es positiva en su conjunto, la energética con más matices y la de la Administración, corta. Se ha avanzado algo en la aplicación de las nuevas tecnologías, pero es solo una reforma técnica que ayudará a la vida de los ciudadanos; aunque la reforma política no ha llegado”.

El ex ministro llamó la atención sobre la necesidad de atender a los riesgos que Grecia y Ucrania suponen para Europa, así como a los populismos en España. En conclusión, “queda mucho por hacer pero contamos con una serie de activos que hacen que tengamos una gran confianza”.

La intervención de Jordi Sevilla, ex ministro de Administraciones Públicas, cerró la primera ronda. “Este es un país de talento, es sostenible. Creo que terminaremos el año con un crecimiento del PIB del 3%, pero la mitad de él depende de factores ajenos: la caída del petróleo y la devaluación del euro”. Según Sevilla, “cuando se alcance la recuperación completa, España tendrá una economía mucho más internacionalizada, lo cual entraña una serie de ventajas y también de restricciones. Nuestra principal reforma estructural ha sido la internacionalización de las empresas, que ya están produciendo fuera, no solo exportando”.

También parece claro que la financiación de la economía va a ser diferente: “Los nuevos instrumentos financieros van a demandar otras cosas a la mayoría de las empresas”. Otra de las reflexiones planteadas fue la definición del nuevo modelo de país que queremos ser: “¿Queremos ser competitivos porque somos baratos, competir como un país low cost o como mínimo low cost de calidad, apostando por la innovación, la marca…? Esto tiene que ver con qué queremos hacer con la educación, con la formación profesional”. 

Preguntados por los riesgos políticos y sociales que asolan a España y al exterior, José Luis Bonet subrayó la necesidad de una estabilidad política y social y apeló a una mejor comunicación social: “La sociedad tiene que enterarse de que, en su conjunto, está en un momento culminante; tiene una democracia homologada, un estado del bienestar que ha resistido la crisis y una economía desarrollada”. Además, reclamó una mayor cooperación público-privada, “que debe ser objetivo prioritario en España”. García Carrión mostró su inquietud por estar “en un año políticamente incierto, y esto va a ser un riesgo. Me preocupa vivir en un país que no tenga una clase media potente”; mientras que para Manuel Pimentel, el riesgo es “que no caminemos hacia una economía productiva, basada en el conocimiento y en la creencia de que el valor añadido de la especialización tecnológica es el mejor que podemos hacer; es decir, el riesgo está en considerar que el crecimiento se fundamenta en un argumento exclusivamente financiero, y no productivo de alta tecnología y de actividad basada en el conocimiento”. También insistió en el riesgo de los populismos: “El voto de castigo al sistema tendría un papel falta para la economía”. Por último, Jordi Sevilla, constató que “hay desafección ciudadana frente a cómo se han gestionado ciertos asuntos desde el ámbito de la política, porque siendo conscientes de que las soluciones estaban ahí, no se han adoptado”. La clase política ha demostrado una “imposibilidad de manejar el cabreo ciudadano y de responder a los problemas”, lo que podría llevar a una “cierta parálisis”.


XXIII Foro Anual del Club Excelencia en Gestión

Publicado en Executive Excellence nº120 marzo2015


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