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Compromiso con los valores directivos

22 de Octubre de 2015//
(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)

Bajo el lema “Valores del directivo para la agenda global”, el Palacio de Exposiciones y Congresos de A Coruña acogió el Congreso anual CEDE de 2015, al que asistieron 1.500 líderes españoles. Presidido por S.M. El Rey, el encuentro puso el acento en los valores, lo que, en palabras del monarca, se traduce en “cómo afrontar la agenda global guiándoos en todo momento por los principios que os definen y dignifican como personas y como miembros de la sociedad.

Me atrevo a decir que acertáis plenamente con este punto de vista, porque la fidelidad a los valores no es algo que quede restringido a los ámbitos personales y de la moral, sino que, sin lugar a dudas, influye decisivamente en los logros más tangibles y profesionales”. 

Agradeció a los directivos la oportunidad de este Congreso para “conocerles, escucharles y valorar mejor el importantísimo trabajo y también admirar y agradecer lo que ello significa para nuestra economía, para nuestro progreso y bienestar”.

Desde que hace 14 años clausurara el primero de los congresos de CEDE en Madrid, S.M. El Rey reconoció haber podido comprobar “cómo CEDE siempre ha escogido temáticas oportunas, entre las que no han faltado la innovación, para poder competir de verdad; la internacionalización, para alcanzar los mercados y acceder a flujos de financiación; la globalización, como realidad imparable que condiciona todo y ha alterado los parámetros clásicos de funcionamiento de la economía y la comunicación en el mundo; la gestión del cambio, o la asunción de lo que suponen los nuevos negocios y las nuevas demandas y sensibilidades sociales; y otros muchos temas relevantes para vuestra labor y sobre el entorno o las circunstancias del momento en que la desarrolláis”.En un mundo tan tecnológico y cambiante, Don Felipe enumeró tres ejes que “indicen decisivamente en la viabilidad económica de la actividad empresarial, como son: la atención urgente que es necesario prestar a la sostenibilidad; la innovación permanente; la emergencia y la exigencia de atención a los valores sociales que condicionan nuestra convivencia y también la dinámica de los mercados”.

“Abordar el concepto de sostenibilidad”, prosiguió, “requiere que se consideren las nuevas oportunidades que surgirán al tratar de aunar competitividad, desarrollo humano y preservación de la naturaleza. Esto implica buscar modelos energéticos que hagan compatibles las demandas crecientes energía con el normal desarrollo de la vida en nuestro planeta. La lógica de esa generación de soluciones sostenibles llevará a configurar nuevos modelos energéticos, y pondrá de relieve una apuesta decidida por soluciones que limiten los efectos del cambio climático”.

Con respecto a la innovación, ante “nuevas maneras de producir, defender y consumir, serán herramientas principales la anticipación, los esfuerzos innovadores y la calidad del desempeño empresarial”. En relación a la internacionalización, “para que su alcance no quede restringido a una globalización financiera y comercial, es preciso cimentarla en el saber hacer de las empresas que buscan expandir sus mercados con el conocimiento, la excelencia y la gestión de los negocios”.

Asimismo, llamó la atención sobre la necesidad de “aprovechar todas las potencialidades, sin orillar ninguna inquietud emprendedora por juvenil que esta sea”, así como fomentar el diálogo intergeneracional.

Por último, los valores, que se refieren a “la manera en que nuestras sociedades plantean a los mercados más exigencias éticas, que van mucho más allá de la calidad material de los bienes o servicios. Son exigencias que aluden al necesario cumplimiento de obligaciones explícitas en la relación con la equidad, la solidaridad y la inclusión de todas las personas”. 

En opinión de S.M. El Rey, el talante directivo comprometido con los valores “se refuerza al ponerse de manifiesto la gran aceptación que representan el buen hacer, la competencia profesional y la ejemplaridad en los comportamientos. Esto hace que la acción directiva tenga que seguir cimentándose en la tenacidad, el esfuerzo y el ejemplo, además de ejercerse con la sobriedad, la eficacia y la autoexigencia de siempre”, concluyó.


Publicado en Executive Excellence nº124 octubre 2015

 


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