Manual de deontología ejecutiva

07 de Marzo de 2019//
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El cumplimiento de la legalidad, la sostenibilidad y la integridad en la profesión directiva son algunas de las cuestiones que forman parte de La ética y los valores: el camino para la sostenibilidad, un código y normas de conducta para los directivos, elaborado por la Comisión de Ética, Valores y Buen Gobierno de la Asociación Española de Directivos (AED).

Para Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria ”la Caixa” y presidente de honor fundador de AED, “son muchas las profesiones que cuentan con un código deontológico de referencia. Mediante este documento, la AED da cuerpo al código deontológico de los directivos, explicitando los valores que nunca deben perder de vista, dada su influencia y su responsabilidad ineludible ante el conjunto de la sociedad”. Según el abogado Miquel Roca, también miembro de la Comisión, “este código es un esfuerzo colectivo al servicio del Buen Gobierno. Una exigencia ética de nuestro tiempo”.

Tal y como se indica en la exposición de motivos del documento: “Después de la última crisis financiera, Europa ha experimentado un crecimiento económico menor, un desempleo mayor y un ajuste salarial importante. El duro impacto de estos hechos en la mayoría de los ciudadanos, unido a la muy lenta recuperación de empleo y de salarios, han provocado una creciente desigualdad -en particular, entre quienes tienen un trabajo estable y quienes no lo tienen-. Una consecuencia inmediata de estos fenómenos es la pérdida de confianza en las instituciones, también en la de las empresas, afectando negativamente la reputación de los profesionales que las dirigen (…). Resulta evidente que las políticas lesivas contra el medio ambiente, los fraudes fiscales, los abusos de la competencia o los fraudes en la calidad de los productos, por poner algunos ejemplos, suponen un atentado a la confianza en las empresas, provocando un deterioro ético de los directivos y alimentando sentimientos y actitudes contrarias a la lógica de la economía de mercado y libre competencia”.

Para evitar que estas situaciones se repitan, Antonio Garrigues destaca la necesidad de “convencer al mundo empresarial de que la conducta ética es la única que garantiza la sostenibilidad y la rentabilidad de las empresas. Con ella se refuerza la validez de un modelo económico que está ahora en cuestión”. En opinión de la expresidenta de Siemens, Rosa García, “en el siglo XXI todos los directivos deberán comportarse cumpliendo los más altos estándares éticos si quieren permanecer en el mercado. Algunos lo harán por convencimiento y siguiendo su moralidad. Otros por miedo, con la seguridad de que, en este mundo tan digitalizado, si no se comportan éticamente, más tarde o más temprano, serán descubiertos y sus clientes les abandonarán”.

Precisamente, para clarificar el comportamiento responsable que debe vertebrar todas y cada una de las decisiones directivas, la Comisión presenta este marco de conductas y valores. 


Texto publicado en Executive Excellence nº 155