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Luis Rivera: "Nuestras participadas promueven el desarrollo sostenible"

21 de Febrero de 2012//
(Tiempo estimado: 6 - 12 minutos)


SOSTENIBILIDAD / NEGOCIOS / EMPLEO

La Fundación José Manuel Entrecanales para la Innovación en Sostenibilidad nace en octubre de 2009 con el doble objetivo de promover iniciativas empresariales novedosas que contribuyan al desarrollo económico sostenible y de fomentar la cultura y el  compromiso de la sociedad con la sostenibilidad.

Esta iniciativa, fruto del compromiso moral y económico de José Manuel Entrecanales, aspira a elevar la contribución española, en el terreno de la sostenibilidad, ante los problemas que amenazan el mundo: creciente presión demográfica, mayor deterioro medioambiental, grandes desequilibrios en el reparto de la riqueza en una sociedad global, y creciente preocupación por el bienestar de las generaciones futuras. Desde la Fundación sostienen que, si bien las empresas españolas ocupan hoy un papel privilegiado en sectores relacionados con las tecnologías limpias o las energías renovables, los emprendedores nacionales tienen poco acceso a capital y escaso apoyo para desarrollar sus iniciativas. Por este motivo, la Fundación considera que la posición de España se verá erosionada a largo plazo si no se consigue aumentar sustancialmente el capital de innovación y facilitar su desarrollo. A pesar de su todavía corta vida, las acciones emprendidas para remediarlo empiezan a dar resultado.

Desde el año 2010, las empresas participadas de la Fundación han incrementado un 24% sus plantillas, lo que da cuenta del empuje de la llamada “economía verde”. Hasta la fecha, las empresas participadas de la Fundación José Manuel Entrecanales son: Worldsensing, dedicada a los sensores de bajo consumo; Onyx Solar, de tecnología fotovoltaica; Going Green, especialista en movilidad eléctrica; Aida Centre, empresa de tecnología de radiofrecuencia; Dexma, enfocada en la gestión energética, y Cetra, orientada al reciclaje de vehículos fuera de uso.

Para hablar de este y otros retos de la Fundación, nos recibe en su despacho Luis Rivera Novo, quien está al frente de la misma desde su creación.

Licenciado en Ingeniería en la Escuela Técnica Superior de Caminos, Canales y Puertos en Madrid; MBA por el INSEAD; socio de Mckinsey & Company, y posteriormente director general de Endesa. Actualmente, además de director general de la Fundación José Manuel Entrecanales, es presidente del Patronato de PLAN, miembro del Consejo de Amper, senior advisor de KPMG España, senior advisor de Negocios Globales en BBVA y advisor del Consejo de Osborne.

FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS Y ALDARA BARRIENTOS: ¿Cómo comienza su relación con la Fundación José Manuel Entrecanales?

LUIS RIVERA: Sencillamente, José Manuel Entrecanales me llamó para contarme el proyecto y me propuso dirigirlo. Desde el primer momento, me pareció apasionante, y me halagó que pensase en mí, así que me puse a ello inmediatamente.

F.F.S./A.B.: A lo largo de su carrera profesional, ha destacado por su capacidad de gestión. En su actual responsabilidad como director general de la Fundación, ¿siguen primando los criterios empresariales?

L.R.: Todo tiene que ver con el rigor con el que haces las cosas: si estás empleando los medios más adecuados, si tienes un objetivo claro en mente, si controlas todos los pasos... Ese rigor, ese estilo de gestión, se aplica exactamente igual a organizaciones con puro espíritu de lucro que a organizaciones sin él; pues por no tener espíritu de lucro, una organización no tiene el derecho de ser ineficaz.

Estoy convencido de que el rigor en la gestión de este tipo de estructuras se aplica en cada una de las actividades y que sacar el máximo partido a los medios empleados es una constante que cada vez va a más.

F.F.S./A.B.: ¿Cuál es la relación de la Fundación con Acciona?

L.R.: Son iniciativas separadas. Acciona es una iniciativa empresarial que tiene sus accionistas, su presidente y su Consejo. La Fundación nace con el compromiso moral y económico de José Manuel Entrecanales, pero separada de Acciona. Desde el primer momento, él fue muy claro y exigente en este tema.

Es cierto que compartimos presidente, que la innovación en el desarrollo sostenible coincide con uno de los valores empresariales de Acciona y que hay algunos directivos y empleados de la compañía que están encantados de colaborar con nosotros, sin esperar ninguna compensación. Esto es algo que se da en todos los niveles, empezando por el más humilde –hay empleados de Acciona que participan como voluntarios en nuestros programas de prédica, fomento o difusión de la innovación y el desarrollo sostenible entre niños y jóvenes–. Cada vez que necesitamos voluntarios, nos vamos a la dirección de RSC de Acciona y la respuesta siempre es generosa y de primera calidad.

También hay un segundo nivel de apoyo. Muchos ejecutivos de Acciona, en su día a día, ven empresas y propuestas empresariales. Dado que nosotros buscamos iniciativas con las que comprometernos, de vez en cuando nos llaman para informarnos de alguna de ellas con la que quizá nos interese hablar. Para nosotros, eso tiene muchísimo valor.

Por último, existe un tercer nivel de ayuda quizá más puntual, pero igualmente valiosa. A veces nos llega una iniciativa que utiliza una determinada tecnología que personas de I+D de Acciona nos ayudan a valorar. O en algunos casos, personas de sus servicios jurídicos nos ayudan también en temas de contratación y pactos de accionistas.

F.F.S./A.B.: La Fundación presta apoyo técnico y financiero a determinados proyectos. En líneas generales, ¿cómo es el proceso de selección e implicación en los mismos?

L.R.: Queremos detectar proyectos buenos a los que atraer capital privado; algo que para nosotros supone adquirir una responsabilidad, pues quiere decir que de ese capital se espera una rentabilidad que se define en tres momentos: cómo se entra, cómo se sale y lo que se hace durante el tiempo en el que la Fundación es “accionista” o promotor del proyecto.

Diría que nuestra calidad y generosidad están sobre todo en este último. Es decir, la calidad del acompañamiento de las empresas, de la gente que está en los consejos de administración; la involucración en el desarrollo de los planes de negocio; el apoyo a la internacionalización –donde quizá nosotros, por nuestro network y nuestro pasado, podemos hacerlo mejor que la media del venture capital–, ahí es donde realmente nos queremos distinguir y ser especiales.

Creo que nuestras participadas lo aprecian; de hecho, cuando queremos atraer a un proyecto nuevo a la Fundación y que nos dejen participar en él, siempre les digo: “yo no te voy a explicar cómo somos, ni qué hacemos, pero te voy a dar los teléfonos de los directores generales o de los gerentes de las empresas en las que participamos y pregúntales a ellos”. Normalmente, vuelven encantados.

F.F.S./A.B.: ¿Cuáles son las diferencias entre el concepto business angel y la Fundación?

L.R.: El business angel funciona exclusivamente con capital propio. En este caso, la Fundación pone capital, pero sobre todo lo atrae; por lo tanto, nuestra capacidad de inversión es mucho mayor. En segundo lugar, tal como existe, el estereotipo de business angel es un individuo; nosotros somos una organización, es decir, nuestra capacidad de reacción, de análisis y nuestro network, simplemente por ser una organización y estar donde estamos, es mucho más potente y robusto que el de un individuo.

Otra diferencia es que la Fundación puede permitirse hacer apuestas mayores y proporcionar, en general, más valor añadido que la media de los business angels, gracias a nuestra estructura, a tener un patronato, un equipo, la colaboración de la gente de Acciona, etc.

En los fines, compartimos la ilusión por los proyectos, las ganas de sacarlos adelante y el compromiso, pues muchas veces el business angel está enormemente comprometido en lo que hace, y nosotros también queremos estarlo.

F.F.S./A.B.: ¿Cuáles son las áreas en las que, estratégicamente, sienten mayor confianza a la hora de contribuir?

L.R.: Antes de entrar a un proyecto, siempre nos preguntamos si, de verdad, podemos ayudar a quienes nos lo solicitan. Solo si la respuesta es inequívocamente sí, lo hacemos; ya sea porque entendemos, participamos o conocemos algo de lo que está haciendo esa empresa. Por eso, el tipo de actividad al que se dedican nuestras participadas tiene que ver con el desarrollo sostenible: temas como generación limpia, eficiencia energética, movilidad alternativa, tratamiento de aguas, de residuos; temas de TIC relacionados con los anteriores, etc.

F.F.S./A.B.: ¿Esa búsqueda es proactiva o reactiva?

L.R.: Ambas cosas. En porcentaje, la gran mayoría son reactivas. Nuestra base de datos tiene en estos momentos 1.300 oportunidades de inversión, recibidas en los últimos dos años. De las seis en las que hemos participado, solamente una es proactiva y otra es proactiva de segundas (es decir, se trata de una empresa que, cuando la vimos por primera vez, no nos entusiasmó; pero que, cuando un año después repasamos ciertos temas, la llamamos para ver cómo seguía).

En términos de impacto, la parte proactiva es muy importante. Al ser iniciativas que la Fundación busca, el hit ratio es mucho mayor; es decir, tu porcentaje de inversiones sobre porcentaje de oportunidades es muchísimo mayor en las proactivas que en las reactivas, pero debemos tener ambas.

F.F.S./A.B.: Y ese porcentaje de éxito es importante, pues de él depende que tengan una estrategia que genere recursos para reinvertir.

L.R.: Sin duda. Lo primero que tiene que ser sostenible es la Fundación, y esta dependerá del éxito de las iniciativas empresariales a las que hayamos apoyado. En este caso, la parte invertida por la Fundación se revierte en la búsqueda de nuevos proyectos, el análisis de oportunidades y el respaldo final. Esperemos que cada vez podamos hacerlo más.

F.F.S./A.B.: ¿Ha aumentado el número de solicitudes a raíz de la crisis?

L.R.: En realidad nuestra vida siempre ha sido en la crisis, de modo que no sé cómo era antes, pero no extraigo ninguna conclusión del número de propuestas o del ritmo con el que las recibimos.

Sí es cierto que, si hablas con escuelas de negocio o universidades que se dedican a esto, el menor número y atractivo de las oportunidades que actualmente tienen muchos titulados como empleados por cuenta ajena incentiva a buscar otras alternativas. En este sentido, sin prueba de ningún tipo, la lógica te dice que hay personas brillantes saliendo de la universidad o escuela de negocios que, diez años atrás, se plantearían entrar en una consultora, en un banco de inversión o en una empresa industrial, y a las que, además, iban a buscar; sin embargo, ahora estas personas piensan en emprender y comprometer su tiempo y dinero –y el dinero de otros– en hacer una empresa nueva.

F.F.S./A.B.: La Fundación también trabaja directamente con los más jóvenes. ¿Qué acciones desarrollan con este colectivo?, ¿cómo se educa en el emprendimiento y en la innovación en sostenibilidad desde la base de nuestra formación?

L.R.: Tenemos varias acciones, en general de dos tipos. Por un lado, las dirigidas a la infancia: desarrollamos materiales educativos que, cada vez más, son utilizados en campamentos de verano y otros encuentros donde hay una necesidad social de proveer de contenido el tiempo que los niños y niñas de entre 9 y 12 años pasan allí. En la Fundación hemos formado monitores, que a su vez forman a otros, y nuestros programas están teniendo una respuesta magnífica, como el desarrollado hace unas dos semanas en CosmoCaixa.

Ahora estamos extendiendo ese material a la etapa anterior, para el grupo de edad de entre 7 y 9 años, donde normalmente desarrollamos acciones vinculadas no tanto con el emprendimiento sino con el desarrollo sostenible, el respeto al medio ambiente, la prudencia en la utilización de los recursos naturales, etc. A esa edad se puede empezar a introducir estos conceptos.

Por último, contamos con otra capa de programas dirigida a chicos y chicas de 16 a 20 años, más orientada al emprendimiento y la innovación, aunque también hablamos de desarrollo sostenible. El último ejemplo ha sido nuestra colaboración, junto con Microsoft Ibérica, en el campamento organizado con la Fundación Junior Achievement para más de 100 jóvenes a los que, organizados en equipos, se les obligaba a poner en marcha un plan de empresa que crease empleo verde en 24 horas. Además, este tipo de acciones fomenta el trabajo en equipo entre personas que no se conocen, el intercambio de impresiones con una serie de tutores que les ayudan en el camino; también hay un jurado, se conceden unos premios… es decir, que los chicos pasen por estos procesos al empezar su carrera universitaria es muy importante. En ese grupo de edad, hablamos más de innovación y emprendimiento que, exclusivamente, de desarrollo sostenible.

F.F.S./A.B: ¿Cuáles son las expectativas de la Fundación para los próximos años?

L.R.: Si hacemos bien nuestro trabajo, deberíamos ser capaces de atraer bastante más capital privado, tanto del grupo de empresarios que coinvierte con nosotros como de otras personas; deberíamos estar apoyando a un volumen bastante mayor de iniciativas; habría una empresa en Bolsa a la cual, en sus primeros pasos, nosotros habríamos ayudado; desarrollaríamos más iniciativas en el mundo de la educación; y habríamos extendido –no sé en qué medida, pero lo visualizo si todo va bien– nuestro ámbito de actuación no solo a España sino también fuera, y en otros ámbitos.


Entrevista publicada en Executive Excellence nº89 febrero 2012