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Nobuo Tanaka: futuro energético

16 de Julio de 2010//
(Tiempo estimado: 6 - 12 minutos)

La IEA (International Energy Agency) se creó en 1974 a raíz de la primera crisis del petróleo como una unión de países consumidores de petróleo para crear reservas en caso de emergencia. Estas reservas se han utilizado dos veces, una en la primera guerra del Golfo y la segunda a partir del desastre del huracán Katrina: “Nuestro objetivo es la estabilidad en el entorno de la energía.

 

Recientemente, se nos ha solicitado que expandamos nuestras funciones al gas y, por ende, a la electricidad, siendo ésta nuestra nueva misión: establecer condiciones de estabilidad energética   y crecimiento”, nos aclara Tanaka. “En el futuro, el crecimiento de la demanda energética en un 40% implicará el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero”. 

FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: ¿Cuál es el papel del gas en este contexto?

NOBUO TANAKA: Se prevé un descenso de las reservas de gas, de modo que frente al incremento de demanda, necesitaremos 2,7 trillones de m3 para responder a la situación, lo que significa unas cuatro veces más que la actual producción de gas ruso. 

Se trata de un gran reto para el sector de la energía, bajo las actuales demandas de sostenibilidad. En el escenario 450 (450 partes por millón de carbono en la atmósfera), hemos de reducir las emisiones, aunque los esfuerzos a realizar son tremendos). De estas emisiones, la OCDE es responsable sólo de una tercera parte. Hay países en desarrollo, como China, que utiliza grandes cantidades de carbón para la generación eléctrica, lo cual representa un problema al que hay que buscar soluciones. Una de ellas es la eficiencia energética (con un peso del 57% frente al resto de opciones).

F.F.S.: Dentro de este contexto de 450 ppm, ¿cuál será el futuro del gas? 

N.T.: Se producirá un crecimiento del 41% de la demanda hasta el 2030, pero aplicando el escenario 450, se reducirá al 17%, que aún significa un elevado crecimiento, alcanzándose el pico de demanda en el año 2025. A partir de aquí, se espera que las tecnologías de CCS (captura y almacenamiento de carbono) puedan permitir la utilización del carbón de manera más intensiva, cumpliendo con el escenario 450. Si esto no fuese así, la demanda de gas podría ser aún mayor.

F.F.S.: ¿Qué es lo que necesitamos para alcanzar este desafío?

N.T.: Para alcanzar el desafío de la sostenibilidad estabilizando el carbono en la atmósfera a niveles de 450 ppm se necesitan, anualmente, unos 30 gigavatios de energía nuclear cada año (equivalente a más de 20 reactores), 17.000 aerogeneradores, 94 plantas de generación fotovoltaica y 3 o más grandes proyectos hidráulicos. ¡La escala de las inversiones para esta revolución de la energía y el medio ambiente se mide en trillones de dólares!

F.F.S.: ¿Cuáles son las opciones tecnológicas para conseguir estos niveles?

N.T.: Para alcanzar el objetivo necesitaremos 43 trillones de dólares de inversión. Éstas habrán de hacerse en las áreas de captura del carbono, energías renovables, nucleares, eficiencia en la generación y cambios de combustibles utilizados para la misma, así como cambios en la energía finalista, tanto de combustibles como la gasolina (automoción) o la electricidad. Éstas son las áreas claves para alcanzar el escenario adecuado en el año 2050. Esto representa inmensas oportunidades de negocio en todos los sectores, incluidos el sector del gas y de las energías renovables, donde España tiene un rol de liderazgo.

F.F.S.: Y si se lograse, ¿cómo sería el mix de generación en el sector de la electricidad?

N.T.: Hoy somos excesivamente dependientes de los combustibles fósiles. En una evolución idónea, donde se redujesen las emisiones en un 50%, la mayoría de la generación provendría de energías renovables; un 25% de la energía nuclear y un 25% de combustibles fósiles que tendrían sistema de captura de carbono. Éste es el mix de generación “descarbonizado”, y representa uno de los grandes retos de nuestra era, pero también una gran oportunidad, con los modelos adecuados de negocio y las políticas gubernamentales apropiadas, dentro un entorno de colaboración internacional. 

F.F.S.: ¿Qué es lo que podemos esperar de las fuentes primarias energéticas, como el petróleo, gas o carbón, si se diese el escenario 450 frente a la actual situación?

N.T.: Se habla mucho del pico de petróleo que pueda restringir la demanda. Si este escenario revolucionario ocurriese, la demanda de petróleo declinaría un 27% en el 2050, respecto de la actual. Si la inversión de la tendencia de la demanda se adelantase al pico de la oferta podemos posponer el punto álgido en el futuro. Si nos ahoga la demanda, subirán los precios y los beneficios se dirigirán hacia los países productores. Si la demanda se controla, el precio bajará. En este caso si la bajada no se repercutiese -las bajadas- en los consumidores, tendríamos rentas que pertenecerían -y permanecerían- a los países consumidores, pudiendo ser invertidas en eficiencia energética, energías renovables, diversificación, etc. Por el bien de la seguridad energética, la alternativa para los países consumidores es obvia.

F.F.S.: ¿Es posible una sobre oferta de gas en el futuro inmediato?

N.T.: Se está viendo una caída del consumo del gas, coincidiendo con la aparición de fuentes de gas no convencionales. Los suministros disponibles en Norteamérica y las nuevas plantas de LNG que han comenzado a operar han provocado una fuerte caída (el doble que en el petróleo) en los precios spot del Reino Unido y USA, lo que tendrá consecuencias a corto y medio plazo.

Es en Europa donde más ha caído el gas; un 5%. Mientras tanto, dos revoluciones han ocurrido desde la oferta: la capacidad de licuefacción y el gas de origen no convencional. El LNG tiene una especial importancia para la industria española. En los próximo años (del 2009 al 2013) veremos incrementada la capacidad de licuefacción internacional en un 50%, la mitad provendrá de Qatar. También Yemen y Rusia se han convertido en exportadores de LNG e Indonesia ha construido su primera planta de licuefacción de gas. 

F.F.S.: ¿Qué representa el gas no convencional de Estados Unidos?

N.T.: Las consecuencias de los descubrimientos y explotación de fuentes de gas no convencionales son regionales, con la baja utilización de las terminales de energía, ya que las importaciones han sido muy bajas. Las terminales están sólo al 10% de su capacidad. Globalmente, esta caída de las importaciones ha agravado la bajada de los precios de mercado. Y lo más importante es que muchos otros países están centrándose en el potencial que representan las fuentes no convencionales de gas: China, India, Europa, así como grandes exportadores como Australia, Indonesia o Argentina.  

F.F.S.: ¿Afectará esto al transporte interregional del gas?

N.T.: Hoy sólo se utiliza el 68% de la capacidad total de transporte, así que no tendremos problemas. Desde una perspectiva regional, la capacidad de transporte se verá más congestionada en el Pacífico que en el Atlántico.

F.F.S.: Hablando de precios y demanda, ¿que previsiones tienen?

N.T.: En primer lugar, hay dos grandes diferencias entre los precios spot y los contratos a largo. En algunos sitios, como Alemania, las diferencias entre estos precios se estrechan, con lo cual el link entre precios de crudo y gas se va diferenciando.

En cualquier caso, la demanda de gas crece sea cual sea el escenario En el escenario no 450 crecería un 41% y en el escenario 450 sólo un 17%. La demanda aumenta fundamentalmente en países no OCDE, como China e India, aunque el crecimiento porcentual más elevado es en Oriente Medio.  En Europa, y hasta el 2030, la demanda sólo ascenderá un 0.8%, al compensarse el aumento en la generación con la eficiencia de su uso en los otros sectores. También prevemos cambios en el uso del gas, donde será utilizado con más frecuencia como apoyo de la generación eólica, lo cual implicará flexibilidad en el transporte y almacenamiento. En el caso de España, la capacidad de compensación de la generación por ciclo combinado se ha tenido esto en cuenta. Las dos mayores incertidumbres dependen de la recuperación económica y de la demanda para la generación eléctrica. Si construimos generación renovable para descarbonizar el sector eléctrico, la demanda de gas continuará creciendo, si bien a un ritmo más lento. Si no somos capaces, la respuesta continuará siendo el gas,  en los países OCDE. Es la energía más flexible. 

F.F.S.: ¿Qué implicaciones, en relación a las inversiones, tiene esto para Europa  y cómo tenemos que adaptarnos a posibles cambios de tendencias?

N.T.: Serán necesarias inversiones en infraestructuras en toda la cadena de valor (suministros, transporte y almacenamiento). Los gobiernos deberán crear marcos regulatorios claros y estables; y de forma más rápida para poder responder a la evolución del mercado. De la misma manera, la industria del gas ha de ser capaz de adaptarse a las cambiantes tendencias, particularmente a la creciente variabilidad de la demanda -más flexibilidad- con almacenamiento próximo y generación próxima a terminales LNG. El flujo intereuropeo también cambiará al entrar en funcionamiento nuevas infraestructuras y caerá la producción en el mar del Norte. Este escenario de sobre oferta nos conduce a situaciones de competitividad entre gaseoductos y centrales de gasificación. 

F.F.S.: ¿Cómo ve el futuro energético de un mundo sostenible?

N.T.: Estamos en el comienzo de una revolución medioambiental. Las energías renovable crecen, así como la eficiencia y el ahorro, pero las tecnologías asociadas a este proceso necesitan grandes inversiones. Por ejemplo, si somos capaces de extraer comercialmente el hidrógeno del gas y enviarlo a través de los gaseoductos, podremos crear el concepto de economía de hidrógeno… el biogás, los sistemas de redes eléctricas inteligentes. Hemos calculado y cifrado el coste de esta revolución en 47 billones de dólares anuales de gasto público, unas 6 veces más que el gasto actual. Si esto no es así, nuestra economía baja en CO2 no se materializará.

F.F.S.: Recientemente, hablamos del proyecto en el Golfo de Botnia (Suecia) donde se está desarrollando una zona libre de petróleo. ¿Qué opina de este tipo de iniciativas?

N.T.: Globalmente, somos altamente dependientes del petróleo, sobre todo en las economías emergentes. Ahora bien, hay  proyectos donde, de forma entusiasta, se pueden fomentar el uso de energías renovables, a favor de un futuro sostenible. Así que estos experimentos de modelos descentralizados son buenos para el futuro, pero sin olvidar que la realidad hoy pasa por la necesidad de combustibles fósiles. Creo que esta cuestión ha de plantearse en el cómo utilizar las energías fósiles de una manera más limpia y sostenible.

F.F.S: Hablando del petróleo, y con la terrible actualidad del Golfo de Méjico, es previsible que además de las consecuencias medioambientales hablemos de cambios en las regulaciones. ¿Tiene idea de las consecuencias en la regulación medioambiental que este hecho pueda acarrear? 

N.T.: Aún no tenemos información específica, pero es cierto que se están generando preocupaciones sobre la seguridad en el desarrollo de la extracción, off-shore, de petróleo. Es muy posible que aparezcan nuevas regulaciones, pero es necesario mantener la inercia actual para inversiones en este campo. Es inevitable que se produzcan retrasos pero deseamos que se mantengan las oportunidades off-shore, de gran importancia estratégica en Brasil o Norteamérica, si bien éstas habrán de ser más seguras y conscientes del medioambiente. 

F.F.S.: Decía recientemente que ninguna energía triunfa sobre todas las demás, de forma total, para lo que se denomina la pirámide energética. ¿Es necesario un mix equilibrado?

N.T.: La última generación de centrales nucleares ofrece una gran seguridad y poner en marcha nuevas centrales es una inversión a largo plazo, donde factores como la tecnología (y la propiedad de patentes sobre la misma) y la formación de recursos humanos son importantes y hay que mantenerlos actualizados. El porcentaje adecuado de generación, en la base de la pirámide, para países OCDE (de una forma general y considerando el horizonte 2050) debería estar en torno al 25%. Con más generación nuclear, tendríamos menos necesidad de energías fósiles con captura de carbono. Teniendo en cuenta que la opción de captura de carbono es más cara -y que su tecnología aún debe ser testada y demostrada- la opción nuclear, como tecnología establecida, se debe mantener. Evidentemente, la política específica de cada país es otro factor a considerar, ya que no todos los países están abiertos a la tecnología nuclear, pero a nivel global es una opción para mantener abierta.

F.F.S.: Entonces, aquellos países que han sufrido el impacto político-social del potencial peligro de la energía nuclear, y que ahora no están invirtiendo en ella -tanto a nivel de instalaciones como de formación y tecnología- y cuyo futuro pasa por la obsolescencia de sus actuales instalaciones, ¿pueden enfrentarse a riesgos estratégicos y de competitividad?

N.T.: Creemos que se puede producir un cuello de botella en lo que respecta a los recursos humanos. Es vital mantener la capacidad y formación de las personas que están en el sector. Son muchos los países que se quejan de carencias en ingenieros para el mantenimiento adecuado de su capacidad de generación nuclear. Lo mismo ocurre cuando un país ha decidido no seguir el camino nuclear. Volver a comenzar es muy costoso y difícil. Hay que mantener la opción nuclear en la Unión Europea, al menos como grupo de países, invirtiendo en recursos humanos, en capacidad manufacturera y en desarrollo de nuevas tecnologías. Hay que pensar en nuevas instalaciones que sustituyan a las que se van a cerrar y, también en el problema de la basura nuclear (otro gran reto). La aceptación pública es un elemento muy importante para el desarrollo nuclear. 


Entrevista publicada en Executive Excellence nº72 jul10, y realizada durante la reunión anual de Sedigas, celebrada a principios de junio de 2010 en Madrid.