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Juergen Donges, adalid único de la libertad

18 de Enero de 2022//
(Tiempo estimado: 6 - 12 minutos)

El pasado diciembre, la Fundación Rafael del Pino, junto con el Instituto de Estudios Económicos, pudo rendir un merecido homenaje al economista Juergen Donges, fallecido en junio de 2021. Además de miembro del Consejo Asesor, en la Fundación impartió un total de 35 conferencias.

Durante años, Donges ayudó a entender y analizar la coyuntura económica española, europea y mundial. “Su claridad de ideas y su manera de exponerlas facilitaba la comprensión del entorno económico, incluso a personas poco familiarizadas con la complejidad de la economía”, afirmó María del Pino, presidenta de la institución. “Sus conferencias tuvieron un sello personalísimo, irrepetible; mezcla de su agudeza, ironía, inteligencia y espíritu crítico. Siendo enormemente riguroso con los datos y respetuoso con las personas, nos hacía sonreír varias veces durante su exposición, por el ingenio y la inteligencia que dejaba traslucir en cada frase”.

Aunque sevillano de nacimiento, el profesor Donges fue uno de los economistas alemanes más reputados, además de ser reconocido internacionalmente. “Llevaba a España en su corazón –recordó María del Pino durante el acto honorífico–, por lo que le exasperaba que nuestros gobernantes se quedaran cortos en las ambiciones y las expectativas para nuestro gran país”.


"Sus conferencias tuvieron un sello personalísimo, irrepetible; mezcla de su agudeza, ironía, inteligencia y espíritu crítico". María del Pino


Fue Senior Research Fellow del Instituto de Política Económica y Catedrático Emérito de la Universidad de Colonia. Académico, asesor científico de instituciones relevantes y de varias fundaciones científicas y culturales, alemanas y españolas, también fue asesor de organizaciones internacionales y gobiernos, y miembro del Consejo de Vigilancia de varias empresas alemanas. Presidió el Consejo alemán de Expertos económicos, “Cinco sabios”, y formó parte del Consejo Científico del Ministerio alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, entre otros puestos relevantes. A lo largo de su intensa y prolífica carrera docente e investigadora, escribió numerosos libros y publicaciones científicas en revistas especializadas.

Su marcha deja un enorme vacío intelectual. “De todo lo que aprendí de él, me quedo con esa constante y valiente defensa de la libertad y con la llamada de atención sobre el empeño de los políticos en general, unos más y otros menos, de controlar nuestras vidas, nuestro pensamiento y nuestra economía. También de su aversión por lo políticamente correcto”, manifestó María del Pino. Ahora la Fundación guarda un recuerdo imborrable y un valioso legado, como su última conferencia, redactada el 17 de junio de 2021. El profesor Donges fallecía días después sin poder pronunciarla en la Fundación Rafael del Pino, como había hecho cada semestre desde el año 2003. 


"De todo lo que aprendí de él, me quedo con su constante y valiente defensa de la libertad". María del Pino


MAESTRO FORJADOR DE IDEAS

El homenaje in memoriam contó con la participación de Cristóbal Montoro, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Cantabria y ministro de Hacienda y Administraciones Públicas en las legislaturas de 2000-2004 y 2011-2018, y de Amadeo Petitbò, catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona y Complutense de Madrid, presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia entre 1995 y 2000, y patrono de la Fundación Rafael del Pino. En un coloquio moderado por la periodista Ana Samboal, ambos compartieron reflexiones sobre el pensamiento y obra de Donges y varias anécdotas personales con el economista.

Montoro recordó que conoció a Donges cuando se incorporó al Instituto de Estudios Económicos (IEE) en enero de 1982, donde el economista ya estaba, representando el vínculo europeo e internacional del Instituto que, durante esa década, fue una forja de ideas, de políticas económicas. Por entonces, rememoró el exministro, la globalización arrancaba con fuerza, la globalización del mercado de capitales y el dibujo de los mercados financieros, con sus problemáticas. También empezaron las revoluciones conservadoras en EE.UU. y Reino Unido, con Margaret Thatcher. En esos años, despegaba con fuerza en España la economía de la oferta. Donges siempre utilizaba el término de reformas desde el lado de la oferta, que es el gran cambio conceptual económico que se produce en los 80.

Entrar en la Unión Europea iba a ser duro, pero quedarse fuera iba a ser el horror, una opinión compartida por Montoro y Donges. En el debate de Maastricht, un asunto recogido en los escritos y conferencias del profesor, hablaba de que esto no era una zona monetaria óptima del tipo de Mundell; pero lo que fue claro es que España prosperó cuando hizo los deberes para cumplir con la estabilidad presupuestaria y económica, los dos grandes deberes que van de la mano, resultando la fundación del euro enormemente positiva en forma de financiación de nuestra economía, la internacionalización de nuestras empresas y el empujón a relevantes multinacionales españolas en el mundo. En ese sentido, el economista alemán fue el maestro en esa forja de ideas.

Montoro evocó una comida en el IEE, en 2017 siendo todavía ministro, en la que el profesor analizó cómo España estaba empezando a imitar el modelo alemán del superávit por cuenta corriente. Ese es el gran hallazgo de la economía española del que él se sentía enormemente orgulloso, porque es la primera vez en nuestra historia económica que, desde 2012, tenemos año tras año superávit por cuenta corriente, capacidad de financiación al resto del mundo, incluyendo un año tan extraño y anómalo como el 2020. No obstante, Donges insistía en que no hay que confundir lo extraordinario de la época con tener que seguir mejorando la competitividad y la productividad. Al respecto, aludía siempre a la educación, recalcando la formación profesional y el sistema alemán de aprendizaje de los jóvenes en la empresa, algo que no hemos sido capaces de desarrollar en España. En parte, explicó el exministro, por algunas diferencias de base. En el sistema alemán, la educación es enormemente selectiva desde la escuela y el estudiante no va a la universidad si no pasa unos parámetros.


"No se puede forjar ideas nuevas de forma complaciente, ni compromisos de futuro si todo te parece maravilloso. Eso es lo que engrandece la figura de Donges". Cristóbal Montoro


Ya en 2014, en una de las muchas entrevistas concedidas a Executive Excellence, Donges afirmaba que: “El sistema dual de formación alemana es algo en lo que llevo insistiendo muchos años, porque tiene un impacto enorme y porque de ahí sale la mayor parte de nuestra mano de obra cualificada. En el sistema alemán hay definidos 98 oficios, que incluyen largas formaciones en la empresa para aprender el oficio, así como formación teórica en escuelas especializadas. Después de dos años o dos años y medio de preparación, los alumnos se someten a exámenes muy rigurosos en las Cámaras de Comercio e Industria, para obtener el certificado que les acredite como mano de obra cualificada, algo muy importante para la competitividad de la empresa alemana.

Suelo decir que para ir a la universidad uno debe tener bastante curiosidad intelectual. En ella se aprenden capacidades analíticas y otro tipo de conocimientos. Creo que en España hay muchos jóvenes que van a la universidad sin saber para qué y me llama la atención que algunos incluso decidan la carrera que van a tomar según la nota que consigan.

La empresa española todavía no está lo suficientemente mentalizada de la relevancia de los regímenes de formación profesional que, por supuesto, tienen un coste, pero son una inversión en una mano de obra cualificada de la que podrán disponer en el mañana. Actualmente, la preocupación en Alemania es la incipiente escasez de mano de obra cualificada en oficios centrales para la comunidad internacional por razones demográficas”.

UN SABIO INDEPENDIENTE

Amadeo Petitbò compartió su primera aproximación al profesor Donges a través de uno de sus libros, La industrialización en España, publicado en 1976 por la editorial Oikos Tau. Un libro que calificó de rupturista en varios sentidos. Primero, porque rompía con la tradición keynesiana; y segundo, porque utilizaba algo que, para nosotros, era “milagroso”. Utilizaba ordenadores, año 76, y por tanto podía hacer análisis de regresión. Más tarde coincidieron en persona en las discusiones del IEE, unas discusiones brillantes con un hilo conductor muy potente que el profesor tenía perfectamente elaborado y verificado a lo largo del tiempo y que utilizaba para opinar sobre los gobiernos, fueran de un signo o de otro, con absoluta independencia.

No solo pensaba en términos macroeconómicos, sino también microeconómicos, citando continuamente al empresario schumpeteriano e innovador, y no al que busca rentas o ayudas públicas. Petitbò recordó cómo hablaba siempre de reformas estructurales, y cuando lo hacía, hablaba de educación; cuando hablaba de liberalización, introducía las reformas estructurales; cuando hablaba de equilibrios presupuestarios y política monetaria racional, lo relacionaba con las reformas estructurales. Todo esto le permitía una explicación coherente de los fenómenos que analizaba, fueran de la economía española, europea o internacional. Y esto lo adornaba siempre con una ironía singular y con una capacidad particular de calificar determinados comportamientos.


"No solo pensaba en términos macro, sino también microeconómicos, citando continuamente al empresario schumpeteriano e innovador". Amadeo Petitbò


Como apostilló Cristóbal Montoro, no se puede forjar ideas nuevas de forma complaciente, ni compromisos de futuro si todo te parece maravilloso. Eso es lo que engrandece la figura de Donges. Cuando le nombraron presidente del Consejo de Sabios alemán, en el IEE le decíamos que ya le habían hecho sabio oficial.

Su gran virtud, en opinión de Petitbò, era ser capaz de desgranar las pequeñas contradicciones en la argumentación política, detrás de la cual siempre había incentivos a obtener rentas, algún tipo de favor al amparo de las regulaciones ineficientes. Tenemos magníficos empresarios cuyos éxitos se ven limitados muchas veces por regulaciones ineficientes que suponen mayores inversiones, cuando son perfectamente evitables, e implican tiempo y tareas que son innecesarias. En España necesitamos un puesto de trabajo como el que tenía Donges en Alemania, que era el estudio de la regulación, con propuestas al gobierno dirigidas a eliminar todo aquello que supone una regulación ineficiente.

UNA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA RACIONAL

Con el empresario detrás de su argumentación, defendía que la Administración Pública ha de ser un acompañante que contribuya a reducir los costes medios de las empresas, para que estas ganen en competitividad. Para conseguirlo, es necesario eliminar todo rastro de regulación ineficiente y fomentar la competencia. El empresario hace el resto, porque sabe hacerlo. Así lo han demostrado los españoles cuando han salido a competir al exterior. Si nos fijamos en la cantidad de empresarios, y sobre todo de gestores de empresa, que hay fuera de España, nos quedaríamos asombrados.

En ese mismo sentido, Montoro hizo un breve recorrido por los logros de la economía nacional durante las últimas décadas. Hoy no solo somos el país más abierto en términos de comercio, de importancia de las exportaciones e importaciones, sino que en inversión directa en el mundo no existe ningún otro que haya conseguido algo así.


"En España necesitamos un puesto de trabajo como el que tenía Donges en Alemania, que era estudio de la regulación, con propuestas al gobierno dirigidas a eliminar ineficiencias". Amadeo Petitbò


Invertir en ideas es enormemente rentable para los países. Eso es lo que hace que Donges estuviera trabajando en el Instituto de Economía Mundial de Kiel y en el Instituto de Política Económica en la Universidad de Colonia. Allí existen organismos económicos muy potentes, pero aquí no hemos actualizado el formato. No se trata únicamente de hacer editoras de trabajos de otro, sino de forjar ideas, dirigirlas, orientarlas, ganar el futuro. Ese es el mensaje que nos deja. También hace falta mucha más sociedad civil, algo fundamental para cambiar y sentar las bases de la transformación y la modernización. No todo está en la política directa; sino en la forja de las ideas. Ese es el gran legado.

Cuando el profesor hablaba de invertir en ideas, apuntó Petitbò, decía hemos de fomentar el capital riesgo y las start-ups y añadía que, para todo esto, es necesaria la formación.

Son varias las declaraciones públicas de Juergen acerca de estos asuntos, vinculados con el potencial de la digitalización. Tal y como expresó en una de sus conferencias para la Fundación Rafael del Pino: “Con toda seguridad, la digitalización inyectará dinamismo a la economía y surgirán incontables oportunidades de empleo. Son los emprendedores con nuevos modelos de producción y negocio (start-ups) los que aportan un valor añadido a la sociedad, y lo harán mejor cuanto menos restricciones financieras y trabas burocráticas existan. Lo primero subraya la necesidad de que los países de la Eurozona tengan un mercado eficiente de capital riesgo y de que se cree de una vez la Unión Europea de Capitales, que facilitaría financiaciones intraeuropeas eficientes, siendo más fácil absorber shocks macroeconómicos que solo afectan una parte del área monetaria. Además, la digitalización ofrece múltiples oportunidades a la Administración Pública para aumentar su eficacia en la gestión con el sector empresarial, como viene demostrando Dinamarca.


"En sus últimos trabajos, insistió en que Europa es una integración con normas, y con las exigencias que eso conlleva". Cristóbal Montoro


SOBRE EL FUTURO

Cristóbal Montoro recordó la actitud crítica de Donges con la flexibilidad otorgada al Pacto de Estabilidad y Crecimiento en la Unión Europea. Ahora estamos en un momento crítico, tras el anuncio por parte de la Comisión de que va a proponer una revisión de las normas fiscales. El profesor insistió en sus últimos trabajos en que no podemos retroceder en términos de UE, si lo que hacemos es renunciar a las normas, porque Europa es una integración con normas y con las exigencias que eso conlleva. La gran cuestión abierta ahora es en qué va a consistir esa revisión. El exministro asumió que podemos cambiar ciertos conceptos de las mismas, podemos cambiar el potencial de crecimiento como referencia de esa norma fiscal, pero no prescindir de una norma que apunte a medio y largo plazo a la estabilidad presupuestaria.

Con respecto a la actual crisis, ambos economistas mostraron su satisfacción por la capacidad de España para salir de ella con recursos propios y por la gran labor realizada por los empresarios durante los últimos años, al haberse dado cuenta de que su futuro dependía de su capacidad de competir internacionalmente.


Artículo publicado en Executive Excellence n178 enero 2022.

Homenaje In Memoriam en la Fundación Rafael del Pino.

Fotos © Daniel Santamaría.

 


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