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Crisis y estrés: una visión hipocrática de la empresa

(Tiempo estimado: 2 - 3 minutos)


Análisis de los efectos de la crisis a través de la observación y la experiencia

El ideal clásico del equilibrio entre cuerpo y mente – “mens sana in corpore sano” – constituye un principio rector del comportamiento humano en aras a su desarrollo y aprovechamiento del potencial integro de la persona humana.

El hombre en acción debe tener su capacidad cerebral preparada, lo que no sólo implica el trabajo puramente intelectual específico para el desarrollo de su actividad, sino también el equilibrio emocional que facilita la interacción con terceros y el cultivo del espíritu y del intelecto. Asumidos unos valores de convivencia y libertad personal y de desarrollo trascendente, el hombre que actúa se prepara para gestionar la incertidumbre propia de toda acción.

En este sentido el directivo es un caso particular de una categoría genérica, pero especialmente vulnerable por la presión continua que debe soportar en muchas ocasiones en la toma de decisiones y la resolución de dilemas morales.

La interrelación somática y la propia realidad fisiológica de la persona conllevan una vulnerabilidad adicional sujeta al deterioro del normal funcionamiento del cuerpo humano y de los diferentes sistemas que lo integran. Los desequilibrios físico-químicos, endocrinos, cardiovasculares, gástricos o del sistema nervioso y parasimpático, tienen en diferentes grados implicaciones directas en el  rendimiento de la persona.

El mantenimiento del cuerpo humano en un buen estado físico es cuestión fundamental para un equilibrio personal y para un desempeño profesional, más importante si cabe en situaciones de alta incertidumbre y presión, externa e interna, por las implicaciones que tiene sobre la dinámica fisiológica, creándose un ciclo de realimentación positiva.

La medicina ofrece soluciones y terapias con una concepción preventiva y se pueden establecer buenas prácticas de gestión del organismo y del intelecto para estar en forma y mejor preparado antes las vicisitudes de la vida.

Estos aspectos son de relevancia en el caso de los directivos y en especial en momentos de cambio de ciclo y de alta incertidumbre económica y social en la que se deben tomar decisiones en entornos de autonomía con implicaciones derivadas en el colectivo que integra una organización empresarial e indirectamente en clientes y proveedores.

Si entendemos la organización empresarial como un organismo integrado por personas que interactúan en un conjunto de sistemas integrados y procesos transversales, en situaciones de crisis y alta incertidumbre se producen también trastornos en el organismo empresarial, tanto a nivel de sistemas que vertebren la organización, como de la dinámica de actuación de los profesionales que integran el colectivo de recursos humanos y directivos.

En este contexto se pueden extraer conclusiones genéricas y específicas de la práctica hipocrática a la vez que desarrollar buenas prácticas de gestión que refuercen el organismo empresarial en momentos de crisis e incertidumbre como los actuales.


 Juan Torras

Socio de EGON ZEHNDER INTERNATIONAL

Artículo publicado en Executive Excellence nº60 jun09