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El desafío 80-20

26 de Mayo de 2010//
(Tiempo estimado: 6 - 11 minutos)
El desafío 80-20, Peter Senge

Suecia se está “destetando” de los combustibles fósiles. El país depende del petróleo sólo para el 30% de su energía, por debajo del 77% en 1970 (Estados Unidos depende de combustibles fósiles para el 85% de su energía).

De todos los coches vendidos en Suecia, el 20% puede funcionar con etanol (por encima del 2% en 2000). Un coche que utilice etanol hecho de caña de azúcar o de celulosa emite un 90% menos de gases de efecto invernadero que un automóvil con motor de gasolina. Los principales fabricantes suecos de vehículos a motor, como Scania, ofrecen automóviles capaces de utilizar diferentes combustibles, siendo capaces de circular con etanol, con gasolina convencional o con una mezcla de ambos. Una comisión, patrocinada por el gobierno sueco, anunció su intención de hacer de Suecia la “primera economía libre de petróleo”, empezando por la región del Golfo de Botnia (situado a 200 kilómetros al norte de Estocolmo), que utilizará biocombustibles en sus 22 municipios. En esta región, el etanol de baja emisión ya está disponible y a un precio igual que la gasolina normal. Se puede suponer que cambios de esta magnitud requieren de un esfuerzo gubernamental masivo, que implica a decenas de miles de personas, importantes subsidios y años de extensa investigación financiada; pero, de hecho, un sinnúmero de redes locales ha evolucionado en silencio, catalizado por los esfuerzos de pequeños y valientes grupos de líderes.La perspectiva del cambio climático global, la creciente cantidad de residuos y su toxicidad, y la disminución de los recursos han catalizado nuevas formas de pensar

La historia de Suecia es un modelo de innovación básica: cambios en la tecnología y en la organización; creación de nuevas industrias, transformación de las ya existentes y remodelación de las sociedades. Las innovaciones básicas, incluyendo la electrificación, la automoción, el transporte aéreo comercial, la informática digital e Internet no sólo involucran a una nueva tecnología, sino a una colección de nuevas invenciones, prácticas, redes de distribución, empresas y modelos de negocio, así como a cambios en la forma de pensar que se combinan para transformar la manera de hacer negocios, la tecnología utilizada y a los individuos implicados. En los últimos años, una nueva ola innovación de innovaciones básicas ha comenzado. DuPont, por ejemplo, está cambiando la dependencia de los materiales de su línea básica de productos del petróleo a materias primas de base biológica para reducir la dependencia del petróleo convencional y del gas. Coca Cola se asoció con el Fondo Mundial para la Naturaleza con el objetivo de devolver “cada gota de agua que usamos en nuestras bebidas y su producción” a la naturaleza. Nike ha reducido sus emisiones de carbono en un 75% desde 1988 y sus líderes han tenido que repensar la forma en la cual diseñan, producen y distribuyen sus productos. Tales esfuerzos son respuestas al cambio de contexto, donde la perspectiva del cambio climático global, la creciente cantidad de residuos y su toxicidad, y la disminución de los recursos han catalizado nuevas formas de pensar. Estas historias nos proporcionan pistas sobre lo que va a pasar en la nueva era.

La burbuja de la era industrial

186 Senge 80 20 manosEn términos financieros, una burbuja es un fenómeno por el cual los precios de los activos superan el valor de los mismos. Cuando las burbujas financieras explotan, nos preguntamos: “¿Cómo es posible que la sobreexpansión y el colapso se produzcan una vez más involucrando a personas brillantes y con conocimientos?”. Durante los períodos de sobreexpansión, dos visiones paralelas se desarrollan: una desde dentro de la burbuja y otra desde el exterior. 

Cada perspectiva se siente como real para quienes comulgan con ella. Cuanto más crece la burbuja, más atraídas se ven las personas hacia esas intensas creencias reafirmantes que les inspiran. 

Con el tiempo, los que están dentro de la burbuja llegan a estar tan absorbidos por su nueva realidad, que ya no puede entender el punto de vista de quienes están fuera de ella. 

Las burbujas no son totalmente perniciosas; suelen proporcionar algún beneficio real, al menos para algunas personas y durante un cierto tiempo. Algunas empresas punto com fueron grandes activos. Algunas hipotecas de alto riesgo mejoraron la vida de muchos. Cuanto más tiempo dure una burbuja, más gente y recursos se verán inmersos en ella; cuanto más se beneficien, más apoyo existirá a que esas creencias se arraiguen. Si una burbuja dura generaciones, es difícil imaginar alternativas. No obstante, en algún momento, las tensiones e inconsistencias entre la vida dentro de la burbuja y la realidad del exterior –más grande– han de ser resueltas. La burbuja no se puede expandir indefinidamente. La era industrial constituye un ejemplo burbuja extendida en el tiempo, durante dos siglos, cuyo positivo impacto es innegable: la esperanza de vida se ha duplicado desde mediados de 1800, la alfabetización ha pasado de 20% a 90%, los inmensos beneficios se han materializado en nuevos productos y servicios, así como en avances en salud, comunicación, educación y entretenimiento.La era industrial constituye un ejemplo burbuja extendida en el tiempo, durante dos siglos, cuyo positivo impacto es innegable, al igual que sus muchos efectos secundarios nocivos

Pero la era industrial también tuvo muchos efectos secundarios nocivos, incluyendo crisis medio ambientales, residuos de mayor toxicidad, una continua tensión en los limitados recursos naturales, una pérdida de la comunidad y una mercantilización de la vida que ha llevado a una creciente brecha entre ricos y pobres.

El biólogo Edward O. Wilson llama a la perspectiva desde fuera de la burbuja de la edad industrial “el mundo real”. No importa cuán valiosos hayan sido los activos y las aportaciones de la industrialización, sus costes hacen que la burbuja sea insostenible. Son claras las señales de que las inversiones de dinero, esfuerzo y atención que llevaron al éxito durante la burbuja ya no producen el mismo rendimiento y beneficios. Sin embargo, las inversiones fuera de la burbuja producirán más riqueza y sosteniblilidad que las personas desposeídas de viejas convicciones y las antiguas prácticas. El ritmo de los cambios climáticos (como el deshielo de los glaciares y casquetes polares y la inestabilidad climática) está convenciendo a muchos científicos y líderes de que un desbordamiento catastrófico sólo puede ser evitado a través de una rápida reducción de las emisiones, para igualar o superar una caída por debajo de la tasa por la cual el CO2 sea eliminado de la atmósfera en las próximas dos o tres décadas. Para conseguirlo, se necesitará una reducción del 60% al 80% de las emisiones, a nivel mundial, en 20 años. Éste es el desafío 80-20 al que nos enfrentamos.

El nuevo mundo real 

El reto 80-20 requiere cambios radicales en los tipos de energía que utilizamos, en los coches que conducimos, en los edificios en los que vivimos y trabajamos, en las ciudades que diseñamos y en la forma en la que movemos a las personas y los bienes; además de otros cambios que aún no podemos imaginar. Es por eso que la innovación básica es tan importante: debemos repensar y reconstruir rápidamente nuestra infraestructura, tecnología, organizaciones y el enfoque sobre cómo trabajamos con la naturaleza. La burbuja de la edad industrial ha alcanzado sus límites. 

Ir más allá de la burbuja significa apostar por opciones que reflejen diferentes creencias, supuestos y principios rectores. En la naturaleza hay una fuente principal de energía: la radiación solar. Por el contrario, el 90% de la energía utilizada durante la burbuja de la edad industrial proviene del uso de los combustibles fósiles. Aprender a vivir más allá de la burbuja significa vivir con nuestros ingresos energéticos, confiando en las formas de energía proveniente de fuentes renovables (solar, eólica, mareomotriz o procedente de las plantas). Es necesaria una reducción del 60% al 80% de las emisiones de CO2, a nivel mundial, en 20 años. Éste es el desafío 80-20 al que nos enfrentamosLa naturaleza no produce residuos: cada subproducto de un sistema natural es un nutriente para otro. La burbuja de la era industrial genera enormes desperdicios. En un mundo postburbuja, todo -automóviles, móviles, edificios, aparatos- debe ser 100% reciclable, remanufacturable o compostable. También debe existir una actitud diferente hacia la brecha entre ricos y pobres. No es sostenible que el 15% de la población tenga el 85% de la riqueza. Todas las instituciones deben aceptar la necesidad de dejar una biosfera saludable para las futuras generaciones y para todas las especies.  Aprender a vivir más allá de la burbuja significa vivir con nuestros ingresos energéticos, confiando en las formas de energía proveniente de fuentes renovablesCumplir con el desafío 80-20 requiere innovaciones básicas a una escala y velocidad nunca antes vista

Todas las instituciones deben aceptar la necesidad de dejar una biosfera saludable para las futuras generaciones y para todas las especiesPor eso es por lo que algunas instituciones están recurriendo a estrictas y descendentes soluciones, como regulaciones restrictivas sobre determinados usos de tipos de energía o materiales. Pero estos enfoques a menudo conducen a desplazar la carga, al tratar de resolver complejos problemas abordando solamente síntomas individuales. Muchos éxitos del mundo real comienzan poco a poco, atrayendo gradualmente una participación más amplia, y pronto crecen a gran escala. Los líderes empresariales pueden aplicar sus habilidades en la gestión, el espíritu empresarial y la perspicacia económica para impulsar el cambio. 

Historias de éxito que comparten muchas características con la experiencia de Suecia

Algunos, como el sistema de certificación de Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental (LEED), fueron defendidos por grupos industriales (US Green Building Council). Otros son dirigidos por empresas o agencias gubernamentales. La gente aprende a buscar aliados fuera de sus organizaciones, y aunque los beneficios a largo plazo requieren coraje, capacidad de adaptación y el aprendizaje a lo largo del camino, los beneficios a corto plazo frecuentemente superarán las expectativas. 

186 Senge bombillaHay mucho dinero que ahorrar. Muchas compañías, incluyendo GE, Alcoa, DuPont, Ford y Wal-Mart, han logrado ahorros masivos reduciendo la producción de residuos y el uso de energía. Google e IBM han descubierto que la eficiencia energética les da una ventaja competitiva. 

También hay dinero que ganar. Empresas que escapen pronto de la burbuja y contribuyan a la creación de una infraestructura o de una línea de productos que encarnen los principios ecológicos y reduzcan dramáticamente los gases de efecto invernadero darán forma al futuro de sus industrias. Toyota, Honda, Sony Europa, GE, Shell y otros están reorientándose de esta manera. Por ejemplo, GE está comprometida con duplicar sus inversiones en I+D de inversión para su suite de tecnologías Ecomagination, incluidas las turbinas de energía eólica, aparatos energéticamente eficientes, sistemas de desalinización y motores de aviones y locomotoras de bajas emisiones. Las inversiones de GE están mejorando las perspectivas de crecimiento del sector de las energías renovables, así como las del sector de tecnologías limpias. 

Estos ejemplos muestran que aprender a vivir más allá de la burbuja puede ser emocionante, rentable y estratégicamente de gran alcance

Sin embargo, no es fácil. En muchas industrias no existen directrices claras para el cambio. Corresponde a los directivos y gerentes encontrar la manera de equilibrar los imperativos del cambio a largo plazo de la tecnología y de las operaciones con el funcionamiento diario y a corto plazo del negocio. Nadie puede asumir un reto así, individualmente. 

El esfuerzo comienza hablando con otras personas, y con frecuencia termina ahí. Lo que puede parece obvio para unos no es evidente para otros, y las necesidades urgentes para un grupo pueden ser cuestionables para otros. Dados los riesgos involucrados, la ruptura de las comunicaciones es frecuente. Los innovadores en sostenibilidad deben fomentar conversaciones que construyan la comprensión mutua y la colaboración.Los innovadores en sostenibilidad deben fomentar conversaciones que construyan la comprensión mutua y la colaboración

Los ejecutivos de GE, por ejemplo, comenzaron haciendo preguntas acerca de cómo expandir sus negocios. Después de preguntar a los clientes sobre su visión y necesidades de energía limpia y agua potable dentro de 15 años, vieron que satisfacer esas necesidades representaba grandes oportunidades. Pero su credibilidad para la venta de productos de alta eficiencia se vería limitada, a menos que utilizara esos mismos productos en sus instalaciones. Eso llevó a un GE a replantearse sus procesos y prácticas. 

Estamos empezando a enfrentarnos al desafío 80-20

Muchas personas y organizaciones están enseñándonos el camino; muchos más lo seguirán. A medida que se vayan uniendo, innovando e interactuando, sus liderazgos darán forma a un mundo diferente al de la sociedad de tomar, usar y tirar.


Peter Senge, Bryan Smith y Nina Kruschwitz, co-autores de La Revolución Necesaria (Doubleday)

Artículo de opinión publicado en Executive Excellence nº70 may2010

Imágenes: © Freepik.


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