Brightline: una idea brillante

Siempre he pensado que deberíamos dedicar el 5-10% de nuestro tiempo a la estrategia y el resto a la ejecución, que es donde realmente está el trabajo duro. Al final del día, la ejecución es la estrategia, y a veces subestimamos esto”. Así de tajante se mostraba en el pasado “Global Peter Drucker Forum” Paul Polman, ex CEO de Unilever, ante Ricardo Vargas, director ejecutivo de Brightline. Esta iniciativa sin ánimo de lucro ayuda a las organizaciones a cerrar la brecha que existe entre el diseño de las estrategias y la puesta en marcha de las mismas.
Las palabras de Polman cobran más sentido que nunca si consideramos las alarmantes cifras que revelan diferentes investigaciones en torno a este gap, tales como que “sólo el 10% de las organizaciones tiene éxito en el cumplimiento total de sus objetivos estratégicos” o que “cada 20 segundos se desperdicia un millón de dólares por el vacío que existe entre lo que una idea promete en términos de potencial y sus resultados reales”. Este despilfarro no afecta únicamente a la cuenta de resultados de las empresas; también a los gobiernos y ONGs.
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