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¡Viva el Progreso Humano! (también conocido como Management)

25 de Octubre de 2023//
(Tiempo estimado: 5 - 9 minutos)
Richard Straub

¿Realmente beneficiaría mucho al mundo si se fundase una nueva disciplina académica? Patrick Collison y Tyler Cowen creen que sí, si ese nuevo campo se centrara en lo que ellos llaman "Estudios de Progreso". El mundo necesita, y mucho, progreso en muchos frentes, señalan en un artículo muy discutido publicado en The Atlantic. En cambio, no existe ningún entorno de investigación o práctica que se centre en aprender a progresar con mayor seguridad y rapidez. Sí que existe mucha investigación relacionada con estos temas, que aportan respuestas desde distintos ángulos, pero se encuentran dispersas entre diferentes disciplinas cuyos expertos no suelen interactuar. Lo que se necesita, dicen, es un esfuerzo más centrado en comprender la dinámica del progreso y cómo acelerarlo.

Sin embargo, y curiosamente, lo que dicen al explicar aquello en lo que se centrarían sus Estudios sobre el Progreso a nosotros nos suena como la disciplina de Management, y más precisamente la gestión de la innovación. Collison y Cowen tienen en mente, y describen, un punto focal que se nutra de otros ámbitos de aprendizaje como la economía, la ingeniería, la sociología y las ciencias; lo mismo que el Management, que siempre se ha entendido como una disciplina sintética. Subrayan que, al igual que en la Medicina, su nuevo campo sería normativo, es decir, no se limitaría a aprender sobre la realidad, sino que su objetivo sería descubrir lo que debería hacerse en el futuro y mejorar la práctica. Como dicen, los Estudios de Progreso "intentarían confeccionar políticas y recetas que ayudaran a mejorar nuestra capacidad de generar progreso útil en el futuro". Esa orientación es una coincidencia más con la tan prescriptiva disciplina del Management.Se necesita un esfuerzo más centrado en comprender la dinámica del progreso y cómo acelerarloAsí que, por un lado, nos preguntamos: ¿Por qué sencillamente no reconocer que ya existen los Estudios de Progreso, que se denominan Management? Puede que también sea cierto que nuestro campo podría (y debería) reorientarse, centrándose más en la innovación y en unos niveles mayores de impacto humano positivo, pero ¿por qué no orientar el Management en esa dirección en lugar de asumir una “labor de Sísifo” como sería la fundación de una disciplina completamente nueva?  

187 CEDE Kirby

Por otro lado, hemos de admitir: esta puede ser la absorción que el Management se merece, así como el rebranding que necesita para alcanzar su verdadero potencial. Es más, puede que esta sea la década en la que más impacto en nuestro trabajo podría tener un renovado sentido del propósito. Según la encuesta mundial "Barómetro de la confianza" de Edelman, la gestión está viviendo su momento. En un tiempo donde, globalmente, "el tejido social se debilita en medio de divisiones cada vez más profundas" y la gente pierde la fe en las instituciones sociales y sus fallos de liderazgo, Edelman en su informe de 2023 dice: "La empresa es la única institución considerada competente y ética". Este aumento de la reputación ha sido la tendencia en los últimos años. La gente de todo el mundo confía ahora en las empresas comerciales –las entidades más asociadas a la disciplina de la gestión y cuyos líderes están más formados en ella– más de lo que lo hacían en épocas pasadas; y mucho más de lo que confían en las otras grandes instituciones como el gobierno o los medios de comunicación, que dan forma a sus sociedades.Hemos de admitir que esta puede ser la absorción que el Management se merece, así como el rebranding que necesita para alcanzar su verdadero potencial 

Por ello, si imaginamos que cualquier disciplina necesita de tres patas en las que apoyarse para alcanzar su máxima repercusión, podríamos decir que la gestión ya cuenta con dos: el acceso a un conjunto de herramientas bien documentadas, de prácticas y conocimientos útiles, y la confianza para poner en práctica ese conjunto de herramientas de la población en general. La pata que sigue faltando es el sentido, inspirador y colectivo, de propósito.

La falta de este elemento la sentimos hace quince años, cuando reunimos a un ilustre elenco de "líderes del pensamiento" y altos ejecutivos para conmemorar el centenario del gran "padre del Management" Peter Drucker quien, a través de sus más de cuarenta libros, innumerables artículos y muchas relaciones, personales y de asesoramiento, con grandes ejecutivos, hizo más que nadie para enmarcar la estructura de lo que todavía era, en la era de la posguerra, una disciplina naciente.  

En 2009, mucha gente quiso participar en lo que se planteó como un único acto en su honor en Viena, su ciudad natal. Pero la razón por la que todos pidieron que el Foro Drucker se convocase al año siguiente (y cada año desde entonces) fue porque los presentes, quienes habían dedicado sus vidas al campo del Management, se sintieron nuevamente inspirados por Drucker. Anhelaban volver a esa visión expansiva de la disciplina que tanto les había atraído en sus comienzos, pero que, con los años, habían visto contraerse.

Hoy en día es habitual hablar del propósito como algo imprescindible a nivel de la organización. Lo que tradicionalmente ha sido considerado un rasgo individual, hoy se reconoce la clave para unificar fuerzas laborales diversas y motivar la colaboración creativa. A menos que una empresa tenga un objetivo ambicioso que sus miembros –y quizá solo ellos– puedan alcanzar, no se beneficiará de sus mejores esfuerzos. Pero también es cierto que disciplinas enteras pueden sufrir o prosperar dependiendo de su sentido colectivo del propósito.  La disciplina de Management sufrió un golpe, autoinfligido, en su propósito cuando permitió que su imagen se redujera a la búsqueda de la maximización del valor para el accionista

187 CEDE Richard dchaLa disciplina de Management sufrió un golpe, autoinfligido, en su propósito cuando permitió que su imagen se redujera a la búsqueda de la maximización del valor para el accionista. Podemos argumentar que, en su momento, los defensores de esa cruzada de los años 80 aportaron disciplina y claridad a muchas empresas plagadas de problemas en sus principales agentes; ahora bien, esos logros tuvieron un trágico coste para el propósito, permitiendo que la disciplina se definiese por aquellos aspectos que menos comprometían al corazón. 

La literatura actual sobre gestión, inclinada cada vez más hacia el estrecho territorio del asesoramiento a individuos ambiciosos es, evidentemente, otra forma de contracción del propósito. No cabe duda de que se siguen publicando excelentes estudios que comparten nuevas ideas para crear valor y aumentar el rendimiento de las organizaciones, pero, por cada bestseller de gestión que ofrece una mejor comprensión de la estrategia o las operaciones o las tecnologías emergentes, hay cincuenta dedicados a la autoayuda directiva y a las claves para ser reconocido y recompensado como “material de liderazgo”. De nuevo, se tratan de subcampos que, aun teniendo valor, no deberían ser permitidos como definidores dentro de una disciplina con el potencial de hacer avanzar civilizaciones, no solo carreras. 

En estas difíciles circunstancias, este énfasis novedoso y fuerte hacia el progreso humano como propósito de la gestión podría ser un poderoso correctivo. Tal vez podría reencender esa llama interna en los directivos que hoy parecen demasiado dispuestos a resignarse a ser asociados con personajes como “Dilbert” o los actores de la serie “The Office” de Michael Scott.Drucker, siempre fue tildado de pensador de Management; la realidad es que, por encima de todo, se ocupaba del progreso 

Centrarse en el progreso humano coincide plenamente con la perspectiva de Drucker sobre por qué era tan vital desarrollar la disciplina de la gestión. Drucker, que no era un hombre de negocios sino un historiador y un firme opositor intelectual al totalitarismo, consideraba que las sociedades, para ser saludables, debían contar con múltiples formas de instituciones capaces e influyentes que respondieran a las necesidades de las personas. También estaba convencido de que una mezcla vibrante de instituciones no gubernamentales no podría perdurar mucho tiempo si las empresas individuales que las componen no rinden a un alto nivel. Para Drucker, pues, la gestión era instrumental: era la capacidad que, en los sectores comercial y social, había que mejorar para alcanzar esos objetivos superiores que permitiesen sociedades más pacíficas y prósperas. Drucker, siempre fue tildado de pensador de Management; la realidad es que, por encima de todo, se ocupaba del progreso.Cuando los directivos no sean percibidos como maximizadores del valor para el accionista, burócratas o luchadores egoístas, será más fácil atraer a grandes personas a las labores de management 

Sigue siendo cierto que el Management es esencial para el progreso humano, pero para llevar a las instituciones actuales a un nivel superior de rendimiento, el propio management necesita progresar como campo. Muchos de nosotros hemos estado reclamando un "Management 2.0", un importante restablecimiento o renacimiento que tome una disciplina arraigada en el pasado industrial y la rediseñe para una época en la que no existen las mismas limitaciones y donde han surgido nuevos riesgos. A las oportunidades y amenazas que plantean la rápida evolución de las herramientas de Inteligencia Artificial se suman la presión por una comprensión renovada de los principios de la gestión.

Y lo que es más importante, hemos de reconocer que, si queremos una gran gestión, hay que atraer a grandes personas a las labores de management. Cuando los directivos no sean percibidos como maximizadores del valor para el accionista, burócratas o luchadores egoístas, será más fácil atraer a esas grandes personas. En este momento de gran confianza en la competencia directiva, se nos presenta una oportunidad especial para elevar el campo y promover a sus mejores pensadores y profesionales como campeones del progreso.


Julia Kirby, program curator del Global Peter Drucker Forum y senior editor de Harvard University Press, y Richard Straub, fundador y presidente del Global Peter Drucker Forum y del Vienna Center for Management Innovation.

(*) Este artículo apareció originalmente en HBR France, bajo el título “La dynamique du progrès humain”, y se publica en español en Executive Excellence con la autorización de sus autores.

Artículo publicado en Executive Excellence nº187, octubre 2023.


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