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Coaching, cultura y talento

(Tiempo estimado: 10 - 19 minutos)
Ponentes Coaching.com Summit y Thinkers50

Descubrir la forma de integrar el coaching en el tejido de las organizaciones para liberar el potencial a todos los niveles, en un momento en el que la tecnología –especialmente la IA– está transformando esta disciplina y el desarrollo del talento, fue uno de los objetivos de la mesa redonda que se dio cita en el Coaching.com Summit.

Des Dearlove, cofundador de Thinkers50, moderó a varios miembros renombrados de esta plataforma, como Lynda Gratton, Tomas Chamorro-Premuzic, Heather R. Younger y Charlotte Saulny, en una charla que examinó la intersección entre coaching, cultura y talento.

Estas fueron las declaraciones más relevantes de la jornada:

2025N Coaching T50 des DES DEARLOVE: Hoy, más que nunca, las culturas organizacionales evolucionan hacia modelos más centrados en el coaching. Y no podemos obviar el impacto de la IA, que plantea enormes implicaciones tanto para el rol del coach como para la profesión en general. Así que, tiremos de ese hilo conductor. Lynda, ¿cómo está cambiando el mundo del trabajo y qué implicaciones tiene esto para las culturas organizacionales?

LYNDA GRATTON: Me gustaría compartir tres ideas fundamentales. Primero: ¿dónde estamos respecto al futuro del trabajo? En 2011, publiqué The Shift, un libro donde analizaba cómo estaba cambiando el mundo e identifiqué tres grandes fuerzas: la tecnología (ya entonces con un fuerte potencial transformador), la demografía (con poblaciones que envejecen y bajas tasas de natalidad), y las tendencias sociales (especialmente la incorporación masiva de mujeres al trabajo y sus implicaciones familiares y organizacionales).

Después llegó la pandemia, un acontecimiento que no anticipamos pero que profundizó muchas de estas dinámicas. En obras posteriores, como The 100-Year Life, me enfoqué en el rediseño del trabajo y los desafíos demográficos con mayor detalle.

Ahora, mi atención se centra en una nueva pregunta: ¿cómo construimos una vida laboral plena? Y para ello propongo tres interrogantes clave:

  1. ¿Quién soy? Una reflexión sobre nuestra identidad, nuestro "yo futuro", nuestras múltiples facetas, herencias y personalidades. Como psicóloga, sé el trabajo moldea enormemente quiénes somos.
  2. ¿Cómo trabajo hoy? Aquí uso la metáfora del tejido: construimos nuestras trayectorias laborales entrelazando hilos que nos otorgan fuerza y continuidad.
  3. ¿Qué debo hacer ahora? Las decisiones actuales configuran nuestro futuro. ¿Qué pasos damos hoy para favorecer ese “yo futuro”?

Mi atención se centra en cómo construimos una vida laboral plena, y para ello propongo tres interrogantes clave: ¿Quién soy? ¿Cómo trabajo hoy? ¿Qué debo hacer ahora? De mi investigación, emergen tres hallazgos clave:

  • La importancia de lo humano. En un mundo dominado por la IA, ser humano es más valioso que nunca: cultivar amistades, vivir experiencias únicas, tener aventuras irrepetibles por una máquina.
  • La resiliencia. Ante tanta incertidumbre, debemos fortalecerla. Investigué dos dimensiones esenciales: la maestría (desarrollar habilidades duraderas) y la calma, un recurso escaso pero vital.
  • La amistad. En un entorno impredecible, las conexiones humanas son esenciales. Por eso dedico un capítulo entero a la amistad en mi nuevo libro.

D.D.: Has hablado de lo que significa ser humano, y eso nos lleva directamente a ti, Tomas. ¿Qué está pasando por tu mente en este momento?

2025N Coaching T50 tomas TOMAS CHAMORRO-PREMUZIC: Como mencionó Lynda, hoy todo gira en torno a la tecnología, tanto que a veces olvidamos que, al final, seguimos siendo personas. Detrás de cada decisión hay un ser humano. En mi libro I, Human, que coincidió con el auge de la IA generativa, planteo dos posibles caminos que, como especies humanas, podemos tomar frente a esta tecnología. Uno es quedarnos paralizados, atrapados en la confusión y la ansiedad ante un futuro incierto. Esto afecta también al mundo del coaching y el desarrollo humano: si no actuamos, podríamos excluir a personas con gran talento y empatía, personas que comprenden a los demás de formas que la IA aún no alcanza.

El otro camino es crecer, evolucionar. Porque la IA seguirá avanzando, quizá no exponencialmente, pero sí de forma constante. Sabemos que transformará industrias, funciones, empleos. Y entonces surge una pregunta fundamental: ¿qué significa ser una buena persona hoy y en el futuro?La IA seguirá avanzando, quizá no exponencialmente, pero sí de forma constante

Desde mi formación en psicología, coincido con Lynda en que los seres humanos no resuelven todo por sí solos. Necesitan ayuda. Y ahí el coaching es vital. Ser verdaderamente humano es una tarea difícil, mucho más compleja que ser un buen líder o un gran profesional. Necesitamos coaches preparados, empáticos, técnicos, con una mirada amplia, que nos acompañen en este mundo desafiante y fascinante.

D.D.: Heather, desde tu perspectiva, ¿cómo está cambiando el mundo laboral? Y especialmente, ¿qué significa el liderazgo solidario y cómo influye en la cultura organizacional?

HEATHER YOUNGER: Creo firmemente que el liderazgo solidario no solo no va a desaparecer, sino que será cada vez más esencial. Como dijo Tomas, en un entorno de cambio rápido e incertidumbre, necesitamos liderar con decisión, pero también con empatía y compasión. Quiero destacar la diferencia: la empatía es la capacidad de percibir lo que otros sienten; la compasión implica actuar para aliviar ese sufrimiento.

Hoy los coaches observan agotamiento del mundo laboral, el miedo y la ansiedad en los líderes. Están en una posición privilegiada para escuchar, comprender y acompañar. Ese cuidado no es opcional: es crucial. Las personas a las que esos líderes guían esperan lo mismo: presencia, escucha activa y acción compasiva.

Hoy los coaches observan agotamiento en el mundo laboral, el miedo y la ansiedad en los líderes. Las personas a las que esos líderes guían esperan lo mismo que ellos de los coches: presencia, escucha activa y acción compasivaPor eso empecé a escribir sobre liderazgo solidario: necesitábamos un lenguaje claro para describir estos comportamientos. Mi propósito era definir actitudes concretas: la escucha activa, el autoliderazgo, la conciencia de nuestros valores.

Mi próximo libro se centra en el trabajo en equipo y el burnout, porque creo que es posible, y necesario, crear entornos donde las personas se sientan sólidas, incluso cuando todo a su alrededor parezca inestable. Mi compromiso es con lo humano, con culturas organizacionales que integren autoconocimiento, compasión y acción concreta. Ser humano no es solo sentir: también es sostener a otros desde la propia solidez. Ser humano no es solo sentir: también es sostener a otros desde la propia solidez

D.D.: Charlotte, teniendo todo esto en cuenta, ¿qué significa este momento para el coaching y para quienes ejercen esta profesión?

2025N Coaching T50 charlotte CHARLOTTE SAULNY: En coaching.com, nuestro propósito es simple pero profundo: ayudar a los coaches a ayudar a otros. Y lo humano sigue siendo el centro de todo.

El mundo laboral está cambiando a una velocidad asombrosa. Cada semana surgen nuevos desafíos y el entorno se transforma sin pausa; pero hay algo que nunca cambia: el deseo humano de ser visto, escuchado y comprendido. Esa es la esencia del coaching.

Estamos entusiasmados con el potencial de la IA, que está revolucionando la forma en que concebimos el trabajo y acompañamos a las personas, y ha llegado para quedarse. La cuestión es cómo la usamos para potenciar lo mejor de nuestra humanidad, porque la empatía, la conexión, el cuidado… eso no va a desaparecer.

Algunos estudios recientes indican que, en ciertos contextos, las interacciones con IA pueden parecer tener elementos de coaching. Sin embargo, nada reemplaza la presencia auténtica de un ser humano que escucha, acompaña y se compromete contigo. La misión que tenemos como comunidad de coaches es clara: seguir cultivando lo humano, incluso –y especialmente– en un mundo cada vez más digital. El entorno se transforma sin pausa; pero hay algo que nunca cambia: el deseo humano de ser visto, escuchado y comprendido. Esa es la esencia del coaching

Por eso, en coaching.com exploramos cómo la IA puede apoyar la práctica del coaching sin sustituirla. Exploramos herramientas que automaticen tareas administrativas, ayuden con notas o seguimiento entre sesiones, para que el coach se concentre en lo esencial: la relación humana. Sabemos también que muchas personas y organizaciones no pueden acceder a un coach humano. Ahí la IA puede ofrecer orientación básica y recursos de aprendizaje; pero sin perder de vista que lo esencial del coaching –la conexión empática, el acompañamiento significativo– es y seguirá siendo una labor humana.

Así que sí, vivimos un momento de cambio, pero también de oportunidad: la de reafirmar nuestro rol único como coaches y de usar la tecnología como una aliada, no como un reemplazo.

D.D.: La conversación sobre IA parece acapararlo todo, y probablemente sea inevitable. ¿Estamos ante un punto de inflexión o frente a un cambio de paradigma?

T.C.-P.: Desde mi punto de vista, lo que estamos viviendo ya es profundamente disruptivo. Ahora bien, también debemos considerar que podríamos estar sobrestimando su potencial a largo plazo. Puede llegar un momento en que las tareas que delegamos a la IA –desde diseñar presentaciones hasta redactar correos– se vuelvan tan comunes que pierdan valor.

Lo esencial es repensar qué aportamos los humanos al trabajo; porque sí: la IA puede hacer las cosas más rápido, pero no necesariamente mejor. Y eso nos obliga a reconsiderar qué habilidades, valores y competencias hacen valiosa nuestra contribución.Lo esencial es repensar qué aportamos los humanos al trabajo; porque sí: la IA puede hacer las cosas más rápido, pero no necesariamente mejor

En ámbitos como el diagnóstico médico o la conducción autónoma, la IA puede ser decisiva. Sin embargo, en otros campos, especialmente los relacionados con lo humano, sigue siendo solo un complemento.

D.D.: Lynda, Tomas advierte que hacer las cosas más rápido no implica hacerlas mejor. En The 100-Year Life hablabas de la longevidad y de cómo nuestras vidas profesionales pasarán por múltiples etapas. No obstante, la IA parece acelerarlo todo sin darnos tiempo para vivir esos cambios.

L.G.: Coincido completamente con las ideas de Tomas. Primero, reconozcamos que esta tecnología es extraordinaria. Quienes trabajamos en el ámbito universitario accedemos a versiones avanzadas que aún no están disponibles al público, y son impresionantes… pero también inquietantes. Pronto veremos agentes de IA capaces de comunicarse entre sí a niveles intelectuales que los humanos no alcanzamos, y eso cambiará por completo las reglas del juego.

En segundo lugar, no habrá una regulación efectiva. La IA ya ha absorbido todos mis libros. Lo sé porque mis alumnos le piden que escriba “al estilo de Lynda Gratton”, y lo hace. Esa es la realidad. Por eso, insisto: no subestimemos lo que está ocurriendo, ni sobreestimemos nuestra capacidad de controlarlo.

Pronto veremos agentes de IA capaces de comunicarse entre sí a niveles intelectuales que los humanos no alcanzamos, y eso cambiará por completo las reglas del juego

Tercero: ser humano es algo especial. Podemos sentir, experimentar, vivir aventuras. La IA puede generar historias, pero no vivirlas. En mi próximo libro, me enfoco en las experiencias humanas. Invito a los lectores a contar sus propias historias, porque son únicas, personales e irreemplazables.

H.Y.: Hablando de lo humano, creo que la compasión es clave. La empatía puede entrenarse, pero la compasión implica actuar; y eso sigue siendo exclusivamente humano. La empatía puede entrenarse, pero la compasión implica actuar; y eso sigue siendo exclusivamente humano

Te doy un ejemplo: estaba ayudando a alguien a ensayar un discurso y, de pronto, se echó a llorar. Me detuve y le dije: “No lo reprimas. Eso es lo que te hace humano”. La audiencia también lo sintió. Fue un momento auténtico. La diferencia está en los pequeños gestos: tocar un brazo, hacer una pausa, mirar a los ojos. Ahí reside nuestra humanidad. La IA es útil, pero nosotros aportamos lo impredecible, lo emocional, lo imperfecto; y ahí radica nuestra genialidad.

C.S.: Completamente de acuerdo, Heather. En eventos presenciales, solía bromear: “Si alguien llora, es que hiciste bien tu trabajo”. Porque una emoción profunda suele ser señal de un gran avance.

Los coaches no solo escuchan, también aman a sus clientes. Sí, amor. Un amor profesional, compasivo y comprometido. Por eso, la IA puede apoyar; nunca sustituir.

En coaching.com utilizamos la IA para ayudar a los coaches: automatizamos tareas administrativas, generamos contenidos personalizados, sugerimos ideas, pero siempre al servicio del acompañamiento humano.

Incluso en los casos en los que alguien no puede permitirse un coach humano, la IA debe ser solo una herramienta, no el objetivo. Porque el coaching, en esencia, sigue siendo una relación entre personas. Incluso en los casos en los que alguien no puede permitirse un coach, la IA debe ser solo una herramienta, no el objetivo

Muchos coaches sienten temor frente a la tecnología, y no es injustificado. Pero ignorarla ya no es una opción. Hoy, profesionalizar el coaching implica familiarizarse con estas herramientas y hay que aprender. Yo misma me apunté a un reto de 30 días: cada día, 15 minutos con una nueva herramienta de IA. Así se reduce la ansiedad y se empieza a pensar: “¿Cómo puedo usar esto a mi favor?”.

La IA ya está aquí. Nos toca decidir si la usamos o si dejamos que ella nos use a nosotros.

D.D.: Heather, hablaste de crear culturas corporativas basadas en la compasión y la empatía. ¿Por dónde deberían empezar las organizaciones?

2025N Coaching T50 heather H.Y.: Volviendo a lo esencial: la conexión con uno mismo. ¿Nuestros colaboradores se sienten equilibrados? ¿Son conscientes de sus valores? ¿Pueden expresar opiniones contrarias sin miedo? ¿Tienen espacios de retroalimentación que los fortalezcan?

El autoliderazgo es fundamental. No podemos liderar a otros si no sabemos liderarnos. Cuando estamos sólidos por dentro, podemos sostener mejor a los demás, con más fuerza y claridad. Eso no implica ser blandos ni insensibles. Significa poder acompañar con firmeza y compasión al mismo tiempo.

D.D.: Lynda, esto se conecta con tu enfoque sobre maestría y calma. También con la seguridad psicológica que investiga Amy Edmondson. ¿Cómo cultivamos eso en culturas donde la tecnología avanza tan rápido?

L.G.: He estudiado mucho el rol del coaching y me he preguntado qué puede hacer un coach que la IA no pueda. Primero: acompañar a las personas en sus transiciones. Ya no vivimos en tres etapas (educación, trabajo, jubilación). Ahora atravesamos múltiples transiciones, con carreras en etapas, portafolios de empleos. Cada una de esas transiciones implica una transformación de identidad. Y ahí el coaching brilla: ayudando a redescubrir quiénes somos en cada nueva etapa. 

La IA puede ser eficiente y rápida, pero no conoce tu historia. No siente lo que tú sientes. No puede guiarte en una transformación profunda como lo haría un ser humano

La IA puede ser eficiente y rápida, pero no conoce tu historia. No siente lo que tú sientes. No puede guiarte en una transformación profunda como lo haría un ser humano.

T.C.-P.: Totalmente de acuerdo. Y agrego: la IA explica muchas cosas, pero no comprende nada. Es excelente simulando comprensión, pero no la tiene. Ahí es donde el coaching humano marca la diferencia. No se trata solo de decir lo que el cliente quiere oír. A veces, se trata de decir lo que nadie más se atreve a decir.

La empatía tiene dos dimensiones: una intelectual –comprender cómo se siente el otro– que quizá la IA logre simular bien; y otra emocional –preocuparse de verdad–, que la IA jamás alcanzará. Simplemente no le importa, no lo vive. Esta tecnología explica muchas cosas, pero no comprende nada. Es excelente simulando comprensión, pero no la tiene

Ahora bien, el vaso también podría estar medio vacío. El trabajo de Tversky y Kahneman sobre los sistemas de pensamiento habla del sistema uno, rápido e intuitivo, y el sistema dos, lento y analítico. La economía del comportamiento surgió al integrar nuestra psicología, a menudo irracional, con la aparente lógica de la economía. Ellos demostraron que, aunque somos capaces de racionalidad, la mayor parte del tiempo actuamos con intuición, heurísticas y sesgos. El 80% de nuestras decisiones las tomamos sin pensar demasiado. Solo el 20% corresponde al pensamiento más reflexivo.

Entonces, ¿qué ocurre cuando creamos una máquina que realmente puede pensar por nosotros? ¿Qué pasa con nuestra propia capacidad de reflexión cuando externalizamos ese esfuerzo?

Muchos de nuestros problemas los generan personas brillantes que, en realidad, prefieren no pensar demasiado. Esa es la gran amenaza: que terminemos automatizando incluso el pensamiento. Debemos proteger y ejercitar nuestro pensamiento crítico. Tal vez pronto necesitemos vacaciones de desintoxicación cognitiva, no solo lejos de las redes sociales, sino también lejos de ChatGPT: momentos dedicados solo a pensar, sin delegarlo en una IA

Debemos proteger y ejercitar nuestro pensamiento crítico. Tal vez pronto necesitemos vacaciones de desintoxicación cognitiva, no solo lejos de las redes sociales, sino también lejos de ChatGPT: momentos dedicados solo a pensar, sin delegarlo en una IA.

Pensar podría volverse como hacer pilates: algo que nuestros ancestros cazadores-recolectores jamás habrían imaginado necesario, pero que, como beber suficiente agua, podría ser lo que nos mantenga lúcidos y longevos.

D.D.: También existe un riesgo enorme con los sesgos. Si la IA aprende de nuestros prejuicios, podría reproducirlos y amplificarlos.

T.C.-P.: Exacto. La IA no es sesgada inherentemente ni por malicia, sino porque aprende de nosotros; y nosotros somos inherentemente parciales. La clave está en cómo la entrenamos y supervisamos.

Cuando se entrena a la IA para predecir las preferencias humanas, los sesgos que aprende son, inevitablemente, humanos. La IA ya es menos sesgada que la mayoría de las personas… pero el listón no es muy alto.

Si le preguntas a ChatGPT si Hitler fue un buen líder, podría decirte que algunos piensan que no, pero otros creen que sí. Y eso, aunque incómodo, es cierto. Lo mismo aplica para figuras como Trump, Musk y muchos otros.Cuando la IA no refleja ni encarna nuestros propios prejuicios, tendemos a acusarla de parcial

Por eso, en realidad, a muchas personas les repugna la idea de una IA general o cualquier forma de IA que intente mostrar ambos lados de un argumento. Porque, como sabemos, siempre hay más de una perspectiva. Cuando la IA no refleja ni encarna nuestros propios prejuicios, tendemos a acusarla de parcial, ¿verdad?

Es un poco como la BBC en el Reino Unido. La derecha la acusa de ser demasiado progresista, y la izquierda, de ser demasiado conservadora. Esa es, en esencia, la definición de imparcialidad u objetividad en los asuntos humanos: lograr que todos estén igualmente molestos. Solo entonces se puede decir que se es verdaderamente objetivo.

D.D.: Más allá de la IA, ¿qué otras tendencias deberían observar los coaches?

2025N Coaching T50 Lynda L.G.: La demografía es fundamental. Vivimos más tiempo, pero tenemos menos hijos. Eso lo cambia todo: desde el trabajo y la migración hasta la estructura social.

Es una cuestión profunda. No se trata solo de vivir más tiempo, sino –en consecuencia– de trabajar durante más años, lo cual representa un desafío, ya que a la mayoría de las personas les resulta muy difícil conseguir empleo después de los 50 años.

Es un hecho que estamos teniendo menos hijos, por lo tanto, las poblaciones de muchos países están disminuyendo. Esto es visible a nivel mundial, no solo en países individuales. China, por ejemplo, está viendo reducir su población a un ritmo acelerado. Por tanto, la migración se convierte en un problema grave.

En muchos sentidos, la demografía define nuestro destino.

El segundo gran tema es de carácter social. Sigo muy de cerca lo que ocurre en las familias, y creo que es importante reconocer la enorme diversidad en cómo las personas viven sus vidas personales.La demografía es una cuestión profunda. Vivimos más tiempo, pero tenemos menos hijos. Eso lo cambia todo: desde el trabajo y la migración hasta la estructura social

También creo que todavía sentimos los efectos de la pandemia y tenemos una generación de jóvenes veinteañeros que pasó dos años aislada en sus habitaciones y que ahora trabaja de forma híbrida. Esos jóvenes no tuvieron la oportunidad de construir vínculos sociales sólidos. Eso debería preocuparnos. La pandemia aún se siente, aunque en cierto modo la hayamos olvidado.

Y por supuesto el cambio climático, un asunto que parece haber salido de la agenda, pero que sigue generando ansiedad y una gran preocupación existencial para muchas personas. Parte de la razón por la que dejé de enseñar mi programa sobre el futuro del trabajo a estudiantes de MBA fue, honestamente, porque no pude. Soy una persona muy positiva, y no logré crear una experiencia esperanzadora sobre el futuro del trabajo. Sentí que no era justo para los estudiantes, quienes necesitan tener una visión alentadora del porvenir. Sin embargo, sigo reflexionando sobre cómo abordar la ansiedad y estas amenazas existenciales.

Me gustaría terminar con dos ideas. La primera, la autonomía persona. Debemos animar a las personas a tomar el control de sus propias vidas. Esa es, precisamente, una de las funciones más valiosas de un coach.

Debemos animar a las personas a tomar el control de sus propias vidas. Esa es, precisamente, una de las funciones más valiosas de un coach

La segunda es la curiosidad. Lo que nos hace realmente interesantes como seres humanos es nuestra capacidad de ser curiosos. ¿Cómo, como coach o líder, fomentas la curiosidad, el espíritu de aventura? ¿Cómo animas a las personas a ser flâneurs, a pasear sin rumbo, a observar, a hablar con los demás? Eso es lo que somos los humanos: paseamos, observamos, conversamos.

D.D.: Lynda, siempre logras que incluso los temas más difíciles suenen esperanzadores. ¿Qué mensaje final te gustaría dejar?

L.G.: La pregunta más importante que podemos hacernos es: ¿Quién soy? Comprender nuestras raíces (las historias de quienes nos precedieron, la herencia), nuestra personalidad (no solemos pensar mucho en estos rasgos, pero son importantes) y, por último, cómo el trabajo nos moldea. Hay dos aspectos de este que nos transforman: uno ocurre cuando realizamos proyectos paralelos que nos permiten explorar múltiples identidades; el otro, cuando atravesamos grandes transiciones, ya sea entre tipos de negocios o entre países. En esos momentos, inevitablemente, nos replanteamos quiénes somos.

C.S: Yo remarcaría, dado que gran parte de esta conversación ha girado en torno a la IA y su influencia en el futuro del trabajo, de la profesión del coaching y del futuro de todas las profesiones, el mantener la curiosidad. Así que aprendan un poco más sobre la IA, piensen en cómo puede ayudarlos en lugar de tenerle miedo. Si puedes tener claridad sobre cómo usarla para potenciar lo que mejor sabes hacer, entonces podrás aportar tu máximo valor.


Entrevista de Des Dearlove, cofundador de Thinkers50, con Lynda Gratton, profesora en London Business School y miembro de Thinkers50 Hall of Fame; Dr. Tomas Chamorro-Premuzic, Chief Innovation Officer, ManpowerGroup y pensador Thinkers50 Ranked; Heather R Younger, autora de 'The Art of Self-Leadership' y miembro de Thinkers50 Radar; y Charlotte Saulny, presidenta y COO of Coaching.com.

Publicado en junio de 2025.


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