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Compartir la visión, base del cambio organizacional

28 de Junio de 2018//
(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)
Isaac Getz

Especialista en Innovación, Transformación Corporativa y Compromiso de los Empleados, Isaac Getz es el creador del concepto liderazgo liberador, que salió a la luz en un artículo publicado bajo el mismo nombre en la California Management Review en el año 2009. Este informe ganó en 2010 el Syntec Annual Award al mejor trabajo académico en la categoría management. En esta misma línea publicó en 2017 el libro L’entreprise liberée, en el que analiza diversos aspectos de la filosofía de la compañía liberada y su aplicación en los negocios, la educación y la sociedad.

Licenciado en Informática, doctorado en Psicología y con un título de postdoctorado en Gestión, Getz ha trabajado con más de 300 compañías de cuatro continentes y ha sido profesor visitante en la Universidad de Cornell, Stanford y Massachusetts. 

Entre sus publicaciones también destaca La liberté, ça marche!, libro que aglutina escritos de diferentes pensadores como James MacGregor Burns, Robert Greenleaf, o John Wooden, y que fue finalista del Premio anual del Libro DCF en Francia. También ha sido coautor de Innovations Powers, uno de los tres títulos finalistas del premio anual al mejor libro de Manpower en Francia, y de Freedom, Inc, que ganó el premio anual al mejor libro del DCF en la categoría Estrategia y se publicó en una docena de países.

Isaac Getz fue uno de los conferenciantes del pre-evento del 10° Global Peter Drucker Forum 2018 celebrado a principios de junio en París. 

Impacto de la IA en la empresa

Como especialista en Transformación Corporativa debo reconocer el impacto que la Inteligencia Artificial está teniendo en el entorno empresarial. Todos los días aparecen nuevos ejemplos de aplicaciones que se desarrollan a través de esta tecnología. A principios de año, Amazon inauguró su primera tienda/supermercado sin cajeros, un espacio donde, gracias a la aplicación Amazon Go App, el cliente puede comprar los productos que necesite e imprimir la factura directamente. Esto es solo un ejemplo, pero nos da una clara pista de que nos dirigimos a un entorno donde la Inteligencia Artificial está redefiniendo el mercado laboral no solo en el retail, sino en todos los sectores, y es evidente que habrá importantes consecuencias.

Diversos estudios recientes señalan que el 47% de los trabajos tradicionales desaparecerán en los próximos 25 años, y lo malo es que un porcentaje muy elevado de ellos lo hará rápidamente. Lo positivo de esta situación es que la Inteligencia Artificial también creará un importante porcentaje de puestos de trabajo, si bien es cierto que las curvas de destrucción y creación de puestos de trabajo no se van a cruzar en un futuro inmediato.

Es evidente que la Inteligencia Artificial puede ayudar en los procesos de formación de todos aquellos que necesiten actualizarse de cara a la nueva situación, pero si tenemos en cuenta que solo en Francia se pueden perder hasta 100.000 puestos de cajeros en el sector retail, es evidente que tendremos que enfrentarnos a importantes problemas sociales para mantener el estado del bienestar y la seguridad social, que generarán inestabilidad a nivel país.  

El futuro del mercado de trabajo 

Según un reciente estudio realizado en Estados Unidos, solo el 25% de la población considera que la Inteligencia Artificial generará puestos de trabajo más eficientes y mejor pagados. Esta situación está creando alarma entre la población, pero debemos prepararnos para afrontarla. Una buena forma de empezar sería preguntarnos: ¿qué podemos hacer para que esta novedosa tecnología no fracase y, sobre todo, no nos haga fracasar como sociedad?

Es importante reflexionar sobre este asunto, porque si nos paramos a pensar con detenimiento, las mayores catástrofes, tanto económicas como militares o políticas, que han tenido lugar en nuestra sociedad a lo largo de la historia nos han dejado tres importantes lecciones: primero, que tenemos que aprender del pasado, segundo, que debemos anticipar el futuro, y tercero, que es imprescindible adaptarse al presente.

Si miramos al pasado nos damos cuenta de que hace 20 años la gestión del conocimiento era el movimiento que suscitaba más actividad. En ese momento era el concepto de moda, y una de las tendencias más buscadas en Google, pero en tan solo cinco años dejó de tener interés. 

La mayoría de los consultores aseguraba que la gestión del conocimiento no se estaba tomando lo suficientemente en serio. Y uno de los principales de su fracaso fue que la mayoría de los directivos de aquella época tenían la teoría de que cambiar el pensamiento de los empleados únicamente era posible implantando nuevas tecnologías en las empresas, porque de esta forma podían saber cómo se comportaban y compartir su conocimiento. Además, el 65% de los encargados de proyectos sobre gestión del conocimiento eran personal externo y venían de otras compañías, por lo que no encontraban apoyo para realizar su trabajo dentro de la empresa. 

¿Qué podemos extraer de esta experiencia pasada para anticipar el futuro? Básicamente una lección: que si queremos incorporar la Inteligencia Artificial a los entornos empresariales necesitamos contar con personas que crean en el proyecto y estén comprometidas con la iniciativa. El problema es que todavía no las tenemos. 

Un estudio que realizó Gallup para Francia aseguraba que solo el 6% de los empleados están comprometidos. Otro 60% sabe que va a cobrar a final de mes, y hace lo mínimamente imprescindible para que no le despidan, mientras que el 25% restante va a trabajar para sabotear a sus colegas. Estoy exagerando un poco, pero desde luego debemos tener claro que las compañías francesas no van a liderar ningún gran proyecto de Inteligencia Artificial. 

Compartir un sueño

Tenemos que empezar a transformar las organizaciones motivando a los empleados y haciendo que se comprometan con la empresa y con las nuevas iniciativas que esta ponga en marcha en todas las áreas, incluida la Inteligencia Artificial. 

He estudiado más de 100 compañías en todo el mundo, y he aprendido que lo más importante a la hora de transformar una organización y generar compromiso es elaborar y compartir una visión para la empresa, un sueño. Un sueño que no se reconoce solo por los beneficios, sino un proyecto, un objetivo compartido. Algo que la gente sienta en su corazón. 

En segundo lugar tiene que haber respeto, y este ha de demostrarse eliminando obstáculos que eviten a los profesionales realizar su trabajo. Por otro lado, las personas no se sienten respetadas si no tienen los medios para realizar su trabajo.

Por último, y para lanzar una transformación organizacional de forma adecuada, es imprescindible preguntar a las personas qué prácticas son las que impiden crecer y sacar a relucir el talento de quienes forman parte de la organización y, además, darles cierta libertad a la hora de dirigir sus esfuerzos. Esto es un proceso largo que incluso puede llevar años, pero los resultados comienzan a percibirse en seis meses.  Solo entonces se puede lanzar un proyecto que permita desarrollar la Inteligencia Artificial dentro de una organización.

Asimismo, permítanme darles un par de sencillos consejos que facilitarán el proceso de implantación de esta tecnología en su organización. Por un lado, es vital explicar a las personas las implicaciones que tiene esta tecnología y los peligros que comporta de una forma transparente y clara. Por otro, hay que promover entre los empleados la creación y puesta en marcha de iniciativas relacionadas con la Inteligencia Artificial. Si estas son relevantes y están alineadas con la estrategia de la empresa, pueden convertirse en proyectos que aporten valor a la compañía. Pero, para conseguir materializarlos con éxito, el equipo directivo debe apoyar su desarrollo con programas de entrenamiento y coaching. Estas acciones favorecen el proceso de implantación y, por tanto, benefician los intereses de la empresa. Es sorprendente todo lo que son capaces de hacer las personas cuando se las trata como adultos. 


Isaac Getz, professor de Liderazgo e Innovación en ESCP Europe Business School. 

Texto publicado en Executive Excellence nº149 jun. 2018.