El poder de las preguntas: cómo cambiar tu lenguaje para crear seguridad psicológica

El poder de una pregunta no reside solo en su contenido, sino en el contexto emocional y psicológico que crea. Una simple reformulación de los interrogantes puede transformar por completo la forma en que las personas responden, ya sea en un aula universitaria, en una consulta médica o en una empresa. ¿Quieres saber cómo?
Daniel Pink, autor bestseller e influyente pensador sobre motivación, comportamiento y trabajo, dirige Pinkcasts, una serie de breves vídeos donde comparte ideas prácticas para mejorar la vida laboral (y personal). En uno de sus últimos episodios, entrevista a Ozan Varol, un personaje fuera de lo común: ex científico espacial, hoy profesor de derecho y autor del libro Awaken Your Genius.
Una pequeña reconfiguración del lenguaje puede marcar la diferencia entre el silencio incómodo y una conversación significativaA continuación, reproducimos parte de su diálogo para entender cómo una pequeña reconfiguración del lenguaje puede marcar la diferencia entre el silencio incómodo y una conversación significativa.
OZAN VAROL: Cuando comencé a enseñar, solía hacer pausas durante la clase y preguntar: “¿Alguien tiene alguna pregunta?”. En la mayoría de los casos, nadie levantaba la mano. Y yo asumía que eso significaba que todos comprendían el material. Estaba convencido de que lo estaba haciendo muy bien. Sin embargo, los resultados de los exámenes me demostraron lo contrario: muchos estudiantes no estaban entendiendo. Entonces decidí hacer un experimento.
En lugar de preguntar si había preguntas, comencé a decir algo como: “El contenido que acabamos de revisar es bastante complejo. Estoy seguro de que muchos tenéis dudas. Este es un excelente momento para hacerlas”. Y el número de manos levantadas aumentó de forma notable.
DANIEL PINK: Eso es muy interesante. Intuimos por qué sucede, pero ¿podrías explicarlo con más detalle?
O.V.: Lo que hice fue reformular la pregunta para normalizar la confusión. De esta forma, también normalicé el hecho de tener preguntas, y creé un ambiente de seguridad psicológica.
Al reformular la pregunta para normalizar la confusión, también normalicé el hecho de tener dudas, y creé un ambiente de seguridad psicológicaMuchos estudiantes, especialmente en clases grandes de primer año, se sienten incómodos al admitir que no entienden algo frente a sus compañeros. Pero si tú como profesor reconoces de entrada que el tema es difícil, los estás autorizando a no saber, y eso abre la puerta a la participación.
D.P.: Es lo que se conoce como “ignorancia pluralista”, ¿no? Los estudiantes piensan: “Estoy confundido, pero nadie más levanta la mano, así que debo ser el único que no entiende”. Y tú lo que haces es intervenir y decir: “No, esto realmente es complejo, y está bien que tengas dudas”.
O.V.: Exacto. Les ofrezco ese espacio con naturalidad y les digo: “Déjame ayudarte a sentirte cómodo con tu confusión. Ahora es el momento ideal para preguntar.”
D.P.: Esto es brillante por su simplicidad y efectividad. ¿Crees que se puede aplicar fuera del aula?
O.V.: Sin duda. Esta estrategia es útil en cualquier entorno profesional.
Por ejemplo, si eres médico, después de explicar un diagnóstico puedes decir: “Acabo de compartir mucha información técnica y compleja. Es normal que surjan dudas. Estoy aquí para responderlas.” Eso invita a la conversación abierta.
O, en el contexto empresarial, durante una reunión de revisión trimestral, en lugar de preguntar directamente
“¿Tienes algún problema?” —pregunta que muchos evitarían responder por temor a parecer débiles—,
podrías decir: “Hemos atravesado un trimestre difícil. Todos estamos enfrentando desafíos importantes. Me encantaría saber cuáles han sido los tuyos”.
Estás reformulando la pregunta, sí, pero también estás cambiando el punto de partida emocional. Estás creando un espacio más seguro para la sinceridad y la reflexión.
Conclusión
En definitiva, reconocer la dificultad del momento o del tema, validando la confusión o la duda, abre la puerta a respuestas más auténticas, productivas y humanas.
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Daniel H. Pink, pensador y autor de bestsellers, y Ozan Varol, autor de Awaken Your Genius.
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Publicado en mayo de 2025.
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