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Por qué importan las ideas de management

(Tiempo estimado: 4 - 8 minutos)
Stuart Crainer y Des Dearlove

¿Quién es el pensador de management vivo más influyente? Esa es la pregunta a la que tratamos de responder en Thinkers50, el ranking mundial bienal de pensadores de gestión. Pero, ¿realmente importan las ideas o el ranking que realizamos?

Es una pregunta razonable. En una era de exceso de premios, resulta tentador ver este ranking como otro ejemplo de la arrogancia en el mundo de los negocios… y aún más irritante en momentos donde muchas empresas luchan por sobrevivir.

Pero, celebrar el mejor pensamiento nuevo en materia de gestión importa por tres razones.

En primer lugar, las ideas son importantes. Tienen el poder de cambiar al mundo. Pensemos en Copérnico, Sócrates, Aristóteles, Newton, Galileo o Einstein. Pensemos en Charles Darwin, el epítome del innovador disruptivo. Las ideas definen nuestra humanidad. Dan forma a cómo pensar y ver el lugar que ocupamos en el universo.

Importan de igual manera las ideas en el mundo de los negocios. Desde Henry Ford hasta Elon Musk; de IBM a Facebook. Nuevos pensadores y nuevas ideas desafían y redefinen cómo trabajamos y vivimos. Una idea puede cambiar toda una industria y las ideas, desde Kaizen hasta el cuadro de mando integral, constantemente transforman nuestra forma de trabajar y dirigir.Nuevos pensadores y nuevas ideas desafían y redefinen cómo trabajamos y vivimos. Una idea puede cambiar toda una industria o nuestra forma de dirigir 

En segundo lugar, el Management importa. En algunos entornos, burlarse de la gestión se ha puesto de moda. Pregúntele, por ejemplo, a alguien de Reino Unido cuál es el problema del Servicio Nacional de Salud y lo más probable es que responda: hay demasiados gerentes y consultores de gestión, pero no suficientes médicos y enfermeras. Los gerentes son los chivos expiatorios de los excesos, fallas e ineficiencias organizacionales.Gracias a la gestión, las cosas se hacen. La gestión es el arte del cómo  

Sin embargo, la realidad es que, gracias a la gestión, las cosas se hacen. “La gestión es el arte del cómo”, nos explicaba alguien recientemente. Desde el instante en que hay más de una o dos personas trabajando juntas, alguna forma de gestión es necesaria. Esto no es algo novedoso. Desde Alejandro Magno hasta la actualidad, los elementos del management, desde el comportamiento organizacional hasta la gestión de la cadena de suministro, han marcado la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Como el management ha estado siempre con nosotros, tendemos a descartar con facilidad el progreso del mismo durante el siglo pasado. El management a menudo es visto como una ciencia de pobres. (No hace mucho tiempo, las ciencias económicas sufrían una percepción similar). Los críticos satirizan las últimas palabras de moda de la gestión, etiquetándolas como pretenciosas y superficiales. La verdad, sin embargo, es que el management ha vivido grandes avances.El management a menudo es visto como una ciencia de pobres. Los críticos satirizan las últimas palabras de moda de la gestión, etiquetándolas como pretenciosas y superficiales. Sin embargo, el management ha vivido grandes avances 

Hace cien años, estábamos sometidos a la servidumbre del management científico. Si Thinkers50 hubiera existido a principios del siglo XX, habría dominado un nombre: Frederick Winslow Taylor. Hemos avanzado desde entonces. Uno de los logros de la gestión en los últimos 20 años es el reconocimiento de que el management es una actividad fundamentalmente humana. Es tanto un arte como una ciencia.

En los lugares de trabajo del siglo XX había poca reflexión sobre, o comprensión por, el compromiso de los empleados. La gente brillante dejaba a la entrada su inteligencia, energía y entusiasmo. Ciertamente no había alegría en el trabajo. De manera deprimente, y sorprendente, en demasiadas organizaciones del siglo XXI estas cosas siguen siendo ciertas, pero se están logrando avances.

Tratar bien a las personas, como quieren ser tratadas, dándoles la libertad y el espacio para expresar su brillantez es el camino a seguir. Simplemente así tiene que ser. Acabamos de ver una investigación de Salesforce que concluye que la experiencia que vive el empleado genera ingresos y ganancias y que las empresas habitualmente pierden un 50 por ciento del crecimiento posible descuidando la experiencia de sus empleados. Lo sorprendente es que se requiera una investigación para probarlo. Los empleados felices cuidan mejor a los clientes y ayudan a crear organizaciones prósperas.Uno de los logros de la gestión en los últimos 20 años es el reconocimiento de que el management es una actividad fundamentalmente humana. Es tanto un arte como una cienciaPioneros como Henry Stewart, CEO de la empresa británica Happy, demuestran que la alegría en el trabajo no es una contradicción en los términos, sino que es esencial si queremos crear organizaciones humanas y de alto rendimiento. Las personas son infinitamente más importantes que las ganancias, pero ambas pueden coexistir y, de hecho, deben hacerlo para crear organizaciones sostenibles.

Es fácil subestimar la influencia de las ideas de management en la rehumanización del trabajo. Nociones como el empoderamiento, defendido en la década de 1980, y la inteligencia emocional en la década de 1990 hoy parecen evidentes. Pero el camino recorrido desde el management científico, o el uso del cronómetro para gestionar el rendimiento, ha sido largo, y fueron ideas como la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner las que sentaron las bases para ello.Es fácil subestimar la influencia de las ideas de management en la rehumanización del trabajo. Nociones como el empoderamiento y la inteligencia emocional hoy parecen evidentesConsideremos la influencia de Clayton Christensen, quien encabezó el ranking Thinkers50 en dos ocasiones. La influencia de Christensen en el mundo de los negocios fue profunda. En The Innovator's Dilemma, analizó por qué las empresas luchan para lidiar con la innovación radical en sus mercados. El libro introdujo la idea de las tecnologías disruptivas y la innovación disruptiva a una generación de gerentes. Christensen fue un académico de carrera, pero su influencia en el mundo de la práctica continúa. Las ideas que defendemos en Thinkers50 son aquellas que, pudiéndose poner en práctica, forman/informan a quienes las practican: como ejemplo, el trabajo de nuestra número uno actual, Amy Edmondson, sobre seguridad psicológica. En Thinkers50 defendemos aquellas ideas que, pudiéndose poner en práctica, forman/informan a quienes las practican

Un catalizador para el cambio

En Thinkers50 defendemos aquellas ideas que, pudiéndose poner en práctica, forman/informan a quienes las practican La tercera razón por la que las ideas de management son importantes es porque pueden ser el catalizador hacia un futuro mejor. El pensamiento de gestión no solo es relevante para los negocios, sino que puede cambiar el mundo en general. Desde la construcción de las pirámides hasta poner a un hombre en la luna, el management siempre ha estado en el corazón del esfuerzo humano. Hoy, el mejor pensamiento de management es capaz de abordar muchos de los desafíos a los que se enfrenta el mundo; desde reducir la pobreza o el crimen en el mundo hasta hacer más efectiva la atención sanitaria y construir un modelo sostenible de capitalismo.El pensamiento de gestión no solo es relevante para los negocios, sino que puede cambiar el mundo en general. El management siempre ha estado en el corazón del esfuerzo humanoCuando comenzamos Thinkers50 en 2001, el énfasis era mucho más limitado de lo que es ahora. Los pensadores se centraban en ayudar a las organizaciones a mejorar el valor para los accionistas o la productividad. Ahora, los pensadores abrazan con entusiasmo los grandes temas de nuestro tiempo. Quieren demostrar cómo un iluminado pensamiento de management puede abordar los grandes problemas que afronta la sociedad. Pensemos en el trabajo innovador de Navi Radjou en el campo de la innovación frugal

Las ideas cambian al mundo. La reacción a la muerte prematura de Steve Jobs nos lo recuerda. Jobs cambió nuestra forma de vivir con sus ideas y productos. Lo mismo hizo el difunto CK Prahalad con su idea sobre la fortuna en la base de la pirámide, que retó a las empresas a buscar soluciones comerciales a los problemas a los que se enfrentan las personas más pobres del planeta. 

Y las ideas no conocen fronteras. Las ideas brillantes se distribuyen entre la población del mundo. Cada vez hay más conciencia y apreciación de las diferentes culturas y tradiciones de management que han existido a lo largo de la historia. El libro African American Management History, de Leon Prieto y Simone Phipps, proporciona una lección convincente sobre la universalidad de la gestión. (Vean, por ejemplo, el trabajo de Charles Clinton Spaulding –a quien homenajeamos en el Salón de la Fama– sobre la ventaja cooperativa).

Las nuevas ideas y los nuevos enfoques son vitales para impulsar el crecimiento y el progreso. Las ideas no son solo un lujo para los buenos tiempos; son aún más cruciales en tiempos difíciles. El pensamiento “fresco”, y no la eliminación de puestos de trabajo, es el mejor antídoto ante la recesión. Lo que en este momento necesitan las organizaciones es innovación y nuevas formas de organizarse.

En Thinkers50 intentamos identificar el lugar donde interseccionan, dentro del diagrama de Venn, las ideas de gestión y el mundo en general. Las ideas que celebramos pueden ayudarnos a pensar en nuestro camino hacia un futuro más brillante.


Des Dearlove y Stuart Crainer, fundadores de Thinkers50.

Thinkers50 Awards Gala se celebrará en Londres los días 5 y 6 de noviembre de 2023.


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