Caminos divergentes

Vengo observando, con cierta perplejidad, la separación de los derroteros que el mundo del trabajo y la legislación que trata de regularlo están transitando. Sorprende ver cómo algunos aspectos de uno y otro se desarrollan de una manera divergente, e incluso antagónica.
Llama la atención la superficialidad con la que se plantean medidas y argumentos, que no sólo no son axiomas o dogmas, sino que además están caducos y alejados de la realidad, y mucho más del futuro inmediato del mundo del trabajo.
En un país como España, donde el único mercado laboral que ha crecido de manera sostenida ha sido el sector servicios y donde la industria y el sector primario han visto reducido su número de empleos –bien por la tecnologización o por la reducción del sector en cuestión–, es fundamental entender el nuevo paradigma de la concepción del trabajo, así como las necesidades de los ciudadanos con empleo y las de aquellos que desean buscar uno. Por lo tanto, profundizar en la comprensión del trabajo presente y futuro se muestra como punto de partida obligatorio.
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