Guiando la disrupción hacia el bien común
El arco de la innovación ha llegado a un punto de inflexión: ahora el cambio tecnológico amenaza con abrumarnos. El progreso es imparable, pero debe tener una forma adecuada. Todos nosotros, no solo las fuerzas del mercado, debemos gestionarlo.
Mis mentores en Física Subatómica provienen del Proyecto Manhattan. Fue precisamente su ejemplo lo que me hizo interesarme por las consecuencias de la ciencia en la búsqueda del propósito público, de una finalidad que contribuya al bien común (prefiero usar el término propósito público, en lugar de política pública, porque esta sugiere acciones de gobierno. A día de hoy, en materia de tecnología, como en la era atómica, las soluciones requieren de un esfuerzo unificado de la comunidad tecnológica y el gobierno). Mis mentores estaban orgullosos de haber creado “tecnología disruptiva”, es decir, armas nucleares, que ayudaron a terminar la Segunda Guerra Mundial, pero siempre inculcaron a mi generación que la gran capacidad de hacer cambios también llevaba asociada una gran responsabilidad.
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