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Paul Polman y Julia Binder: "No hay negocios en un planeta muerto"

(Tiempo estimado: 10 - 19 minutos)
Paul Polman y Julia Binder
Resumen en 2 minutos

Pasar de “hacer menos daño” a convertirse en organizaciones regenerativas: ese es el salto que deben afrontar las empresas hoy. No se trata solo de cumplir con la sostenibilidad ni de quedarse en el "net positive", sino de restaurar activamente los sistemas ecológicos y sociales de los que depende el negocio—devolver más de lo que tomamos y dejar mejores condiciones para el futuro–. Ese el desafío regenerativo que líderes empresariales, como Paul Polman, y académicos, como Julia Binder, reinvindican desde sus áreas de influencia.

La profesor de IMD, Julia Binder, advierte que la proliferación de marcos y estándares (CSRD, TNFD, ISSB, TCFD) es útil, pero insuficiente si empuja a una cultura de “marcar casillas”. Tras la luna de miel de los grandes compromisos, han llegado los vientos en contra—politización, greenlash, cortoplacismo—que solo se superan cuando la sostenibilidad deja de ser iniciativa periférica y se incrusta en los procesos que toman decisiones a diario: inversión, producto, precio, cadena de suministro y gobierno corporativo.

Paul Polman, quien marcó un antes y un después en Unilever durante sus diez años como CEO, sitúa ahí el verdadero business case. Las compañías líderes han pasado de ver el tema como gestión de riesgos a tratarlo como palanca de innovación y crecimiento. Mientras los costes de no actuar se disparan (eventos extremos, presiones inflacionarias, deterioro de la salud), la tecnología limpia abarata de forma exponencial y atrae inversión récord. El resultado es una economía verde que concentra las oportunidades y define la competitividad sector a sector. Por eso, propone un ABC del liderazgo empresarial que ayude a dar coherencia interna, pues cuando valores y práctica no encajan, el talento se desconecta y se va.

Ambos expertos abordan también sobre la regeneración desde una perspectiva geopolítica, en la que Europa se juega su posición. Mientras China acelera en tecnologías clave y EE.UU. avanza con un presidente aupado por las presiones crecientes a otros países mediante guerras arancelarias o boicots a negociaciones, la transición no para. Europa debe decidir su posición en un mundo más multipolar que exigirá nuevas alianzas y cadenas de suministro más robustas.

El fondo de la cuestión no es un problema de dinero ni de tecnología; es, sobre todo, una cuestión de liderazgo con propósito, de valentía moral y de capacidad para construir coaliciones que muevan la frontera del posible.


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