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Enrique Galván: redefiniendo el liderazgo en tiempo de algoritmos

(Tiempo estimado: 7 - 14 minutos)
Enrique Galván
Resumen en 2 minutos

Enrique Galván defiende una visión humanista y estratégica de la inteligencia artificial (IA), donde esta tecnología actúa como aliada del liderazgo, no como sustituta. Desde su experiencia en Qaracter, consultora especializada en sectores regulados como banca y seguros, el directivo afirma que la IA debe servir para mejorar la toma de decisiones, automatizando el análisis de datos y liberando tiempo para el pensamiento estratégico.

Sin embargo, advierte del riesgo de convertir la IA en un instrumento de control excesivo. Frente a eso, promueve el liderazgo distribuido, es decir, empoderar a los equipos para que experimenten, propongan mejoras y usen la tecnología con autonomía, dentro de un entorno de seguridad psicológica. Esto estimula la innovación y evita la burocracia digital.

Para Galván, la IA no debe reemplazar la intuición ni el criterio ético del directivo. Destaca el papel del “Corazón Deliberado” (uno de los tres corazones o capacidades directivas distinguidas en el modelo organizativo del experto en crecimiento estratégico y futurista, Jonathan Brill) para mantener la responsabilidad humana en contextos de ambigüedad. Además, insiste en que las consultoras deben fomentar la formación continua, el uso ético de los datos y la transparencia, claves para generar confianza.

Subraya también varias ventajas de consultoras medianas como Qaracter, en comparación con las grandes firmas: "Son más ágiles, especializadas y cercanas al cliente, lo que les permite personalizar la implementación de IA y adaptarse rápidamente a los cambios", asegura. Asimismo, defiende el “collar neural” –concepto importado de la propuesta de Jonathan Brill para referirse a una red que coordina sus acciones de forma distribuida pero eficaz– como modelo organizativo que permite compartir aprendizajes entre equipos y proyectos, potenciando una red de conocimiento vivo.

Finalmente, el CEO de Qaracter alerta sobre el riesgo de desmotivación si los trabajadores se ven reducidos a validar lo que decide la IA. Para evitar que eso suceda, aboga por reforzar el propósito, la creatividad y el sentido de contribución del empleado, con IA como complemento, no como reemplazo. La clave, concluye, está en combinar innovación tecnológica con liderazgo ético, cercano y distribuido.


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