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Una era prodigiosa (parte I)

(Tiempo estimado: 8 - 15 minutos)

Un año más, y ya van once, Peter Diamandis derrochó energía y optimismo durante su exposición en Singularity University Global Summit, celebrado en San Francisco y al que tuvimos ocasión de asistir. Apasionado por “compartir lo extraordinario de los tiempos que estamos viviendo”, el fundador ejecutivo y director de esta institución académica, centrada en educar y asesorar a los líderes mundiales en tecnologías exponenciales y su capacidad para resolver los grandes desafíos de la humanidad, ofreció un despliegue de datos que constatan las oportunidades históricas de esta era de abundancia.

Diamandis ha creado más de 20 compañías en las áreas de longevidad, espacio, capital riesgo y educación, además de ser fundador y presidente ejecutivo de la Fundación XPRIZE y cofundador de BOLD Capital Partners, un fondo de capital riesgo con una inversión de 250 millones de dólares en tecnologías exponenciales. Titulado en Genética Molecular e Ingeniería Aeroespacial por MIT, MD por Harvard Medical School y autor de bestsellers, Diamandis es considerado por la revista Fortune como uno de los grandes líderes mundiales.

Positivismo realista

Me gustaría proponerles que miremos de manera diferente a aquello que tenga mucho significado en nuestras vidas. Para ello, les invito a ahondar en las megatendencias que van a dar forma a nuestro futuro. Muchas ya se observan hoy en día. En su mayoría son irrefrenables y, hasta cierto punto, predecibles.

En enero publicaré mi próximo libro, The future is faster than you think (El futuro es más rápido de lo que piensas), que lleva por subtítulo “How Converging Technologies Are Transforming Business, Industries and Our Lives” (Cómo las tecnologías convergentes están transformando los negocios, las industrias y nuestras vidas). La convergencia de tecnologías como los sensores, las redes, la Inteligencia Artificial, la robótica, la impresión 3D, la Realidad virtual y Aumentada, la biología sintética y el blockchain se está viendo favorecida en un entorno de crecimiento del poder computacional, cada vez más rápido y económico; y viviremos un salto cuántico tan pronto como, valga la redundancia, estén en funcionamiento los ordenadores cuánticos.

Esto influirá en todas las industrias como consecuencia del impacto que va a suponer para el machine learning, el genoma, los descubrimientos farmacéuticos… Sólo teniendo en cuenta la aceleración de la computación clásica, ya se están viendo afectadas todas las tecnologías antes mencionadas, desde los sensores hasta el blockchain. Cuanto más fuerte y capaz sea la computación, más fuertes y capaces serán todos estos entornos.

En el pasado, ser experto en cualquiera de esas ocho áreas a nivel profesional era suficiente, pero ya no es así. La convergencia de todas esas tecnologías es la que está generando nuevos negocios, nuevos modelos empresariales y nuevos ecosistemas; y eso es lo que realmente está transformando nuestro mundo. Deberíamos centrarnos en ser expertos en esa generación de nuevos modelos, y no exclusivamente en la tecnología; ahí es donde está la clave.

Otro aspecto al que debemos prestar atención es al índice de la aceleración tecnológica. La tecnología está volviéndose cada vez más rápida, y es imparable. Estamos aumentando el nivel de aceleración tecnológica, y existen multitud de cosas que se están uniendo para hacer que sea posible.

Hoy las personas están más conectadas que nunca y cuentan con un acceso a capacidad computacional antes impensable. También las tecnologías que emplean son progresivamente más baratas y tienen acceso a una suplementación cada vez más inteligente. Literalmente, la primera derivada de nuestra aceleración es su auto-alimentación.

Megatendencias transformadoras

Quisiera destacar algunas megatendencias relevantes:

1. Estamos observando un incremento en la abundancia global. Nos cuesta trabajo darnos cuenta de este hecho en un contexto donde los medios de comunicación no hacen más que transmitir negatividad por doquier, hablando de crisis y problemas; pero en realidad hoy las personas tienen acceso a un nivel de abundancia superior al de cualquier otro momento de la historia de la humanidad.

2. También se está produciendo una aceleración en la desmonetización y democratización de los productos y los servicios, que son cada vez más baratos y están disponibles para más personas. Esto, en sí mismo, está ya generando una mayor abundancia global.

3. La tercer tendencia es que todo el mundo, en cualquier lugar, está conectado a velocidades de gigabits. Independientemente del negocio en el que uno esté inmerso, tener acceso a cada una de las personas que habitan en nuestro planeta a altas velocidades de conexión va a ser algo trascendental y transformador.

4. Pero no sólo los individuos están conectados, también las cosas. El IoT (Internet of Things) y el IoE (Internet of Everything) permiten esta conexión de todo en cualquier sitio.

5. Esto hace posible formular preguntas y obtener respuestas como nunca antes. Podemos consultar cualquier duda cuando queramos y desde cualquier lugar.

6. También se está produciendo una revolución de la movilidad hacia un transporte personalizado, autónomo, rápido y económico, que cambiará la manera de desplazar a personas y cosas.

7. El punto séptimo se refiere al incremento de la inteligencia humana. Gracias al apoyo de la Inteligencia Artificial y de la interfaz entre ordenador y cerebro (BCI o Brain-Computer Interface), incrementaremos nuestra inteligencia, y sabremos lo que necesitamos cuando lo necesitamos. Esta interfaz entre cerebro y ordenador va a suponer un salto descomunal en nuestra potenciación de la IA.

8. Otra megatendencia especialmente interesante es el incremento de la longevidad humana, sobre todo si consideramos que la expectativa de vida no hace más que crecer.

9. La novena es el incremento de la abundancia de capital. No sólo está más disponible que nunca, sino que también tenemos acceso a él desde cualquier sitio. Esto quiere decir que una persona con una gran idea puede alcanzar a quien desee y conseguir el capital necesario para, por ejemplo, poner en marcha un negocio.

10. El décimo punto es para la energía. Habrá energía renovable, económica, abundante y disponible en cualquier sitio.

Estas sólo son la mitad de las megatendencias que estoy siguiendo, pero lo realmente interesante es hablar de lo que significan para nosotros, porque ninguno somos realmente conscientes de lo rápido que está cambiando el mundo. Al final, ese es el rol que tenemos en Singularity University. Dentro de nuestro ecosistema de abundancia digital, queremos seguir el pulso de este mundo cambiante. La mayoría de las personas tienen miedo del futuro, pero espero que a través de este tipo de conversaciones podamos entusiasmar a los seres humanos con lo que está por venir y las herramientas que nos ofrece para solventar los grandes problemas.

Datos de la abundancia

Para poder analizar todos estos aspectos, debemos mirar los datos que aportan una visión diferente de la negatividad transmitida por los medios de comunicación, en buena parte porque centramos nuestra atención diez veces más en los anuncios cuando los contenidos son negativos. Por eso sólo percibimos negatividad, y como resultado lo único que vemos es un mundo yendo hacia el desastre.

Por el contrario, hay muchos indicadores de la abundancia: hemos triplicado el ingreso per cápita global en los últimos 100 años, el incremento de la longevidad ha sido tremendo, el coste de la comida se ha reducido a la mitad, el de la energía ha descendido 100 veces, y el del transporte ha caído mil veces en el último siglo y medio. Eso sin mencionar el coste de las comunicaciones, que ha caído por billones, respecto al de las primeras telecomunicaciones.

The Wall Street Journal publicó un libro sobre la abundacia (Abundance) donde se afirmaba que el mundo se está volviendo mejor, silenciosamente. Datos como los compartidos por Ray Kurzweil, que reflejaban la caída del porcentaje de la población que vive en extrema pobreza –entre el 80% y 90% en el año 1800 al 10% actual, habiendo aumentado la población mundial hasta casi 7 billones–, son un ejemplo de esa mejoría. Y lo más curioso es que los datos presentados por el Banco Mundial a principios de este año revelan que la caída de la extrema pobreza continúa, y se está acelerando.

El mundo está viviendo, de forma silenciosa y casi secreta, una fase de incremento de la abundancia. Así lo corroboran también las cifras relativas al analfabetismo o el hecho de que el 50% de los niños en 1800 morían antes de cumplir los cinco años, frente al 5% de hoy. Incluso la mortalidad de las mujeres en el parto, que en el presente es ridícula, era elevadísima no hace mucho.

La expectativa de vida no sólo se ha doblado desde 1600, sino que desde 1900 a 2015 se ha vuelto a doblar y estamos a punto de entrar en un momento que permitirá duplicar la expectativa actual.

Existe gran preocupación acerca del incremento de la población global. En los años 50, el porcentaje de familias con más de seis hijos sobre un total de 200 familias era del 50%; pero, a partir de ahí, el porcentaje cayó en barrena, y continúa haciéndolo. Actualmente la tasa mundial de fertilidad para reemplazar los fallecimientos es de 2,1 hijos por mujer, mientras que la tasa que existía en el año 2016 a nivel global era de 2,42 niños. En EE.UU., el índice de fertilidad para reemplazo es aun inferior, con lo cual la población de EE.UU. disminuiría.

Otro aspecto de la evolución positiva es el número de fallecimientos en transporte aéreo y automovilístico. En 1910, el porcentaje de muertes en accidentes de avión era del 30%, y del 15% en automóvil. Actualmente, en aviación es prácticamente cero y en automoción no llega al 2%. Siendo estas últimas cifras muy elevadas todavía, estoy convencido de que cuando lleguemos a los vehículos autónomos, el porcentaje de fallecimientos con este tipo de coches será prácticamente nulo.

En 1900, las muertes por grandes desastres naturales registraron un 8% a causa de la sequía, un 3% por terremotos y 20% por epidemias. Una década después, el registro por epidemias había caído al 16% y hoy, entre el año 2000 y 2010, las cifras han descendido de una forma brutal. ¿Por qué decrecen las muertes por desastres naturales? No es que haya menos, sino que contamos con acceso a la información necesaria para predecirlos y tratar de minimizar su impacto, pudiendo conseguir apoyo para salvar, evacuar o proteger a la población de la mejor forma y con la mayor antelación posible. El desarrollo de las nuevas tecnologías ayuda de manera determinante a que no se produzcan víctimas.

El libro de Steven Pinker, The best angels of our nature (Los ángeles que llevamos dentro), nos demuestra con cifras que estamos viviendo uno de los momentos más pacíficos de toda la historia de la humanidad, algo que resulta difícil de calibrar, pero que es cierto.

¿Por qué ahora?

Esta es una cuestión clave: ¿por qué está ocurriendo ahora todo esto? La respuesta: debido al crecimiento exponencial de las tecnologías y las nuevas herramientas. Este momento es resultado de las tecnologías que está creando y utilizando la humanidad y en las que está invirtiendo para hacer del mundo un lugar mejor donde vivir.

Uno de los impactos de las tecnologías exponenciales es coger aquello que es escaso y hacerlo abundante. ¿Y qué hay más escaso que un precioso diamante de cinco o seis quilates? Pues ya existe Diamond Foundry, una compañía –ubicada no muy lejos de nuestra sede de Singularity University– que con metano, electricidad y agua está produciendo diamantes perfectos de seis a diez quilates, puros o con ligeras imperfecciones, según se desee. Incluso hacen anillos con todo el aro envuelto en diamantes.

La tecnología es la fuerza que consigue transformar un bien escaso en abundante. Si, como empresas, no somos capaces de pasar de una mentalidad de escasez a una de abundancia, hemos de tener presente que ya hay gente que está trabajando con esa posición mental.

Ahora bien, ¿cómo debemos pensar sobre lo que es escaso? Por ejemplo, la energía no es un bien escaso en absoluto. Vivimos en un país bañado por el sol, que nos aporta 6.000 veces más energía que la que consumimos como especie.

En el pasado, destrozábamos la tierra para sacar carbón y después continuamos taladrando kilómetros bajo el agua para extraer petróleo. Hoy no estamos demasiado lejos de alcanzar un centavo por kilovatio/hora de energía solar, y créanme cuando les digo que los países más pobres del planeta son los que tienen más sol.

Tenemos energía abundante, lo cual significa que tendremos agua abundante. Ya disponemos de sistemas capaces de obtener agua de la atmósfera del aire; y hay cuatrillones de litros de agua en la atmósfera, distribuidos de una forma equilibrada en todo el mundo. Si se tiene la energía, se tiene el agua.

Elementos de gran escasez, como el ancho de banda, están pasando a unas situaciones de costes increíbles. De 1.245 dólares por gigabit/segundo en 1992 a menos de un dólar por gigabit/segundo en el año 2020. O el coste de rendimiento computacional, que ha pasado de 222 dólares por un millón de transistores en 1992, a 0,01 en 2020. O el coste de alojamiento, que ha pasado de 569 dólares por gigabit en 1992 a prácticamente cero en el año 2020. Igual de espectacular es el coste de la secuenciación del genoma humano, que ha pasado de 100 millones de dólares en 2001 a menos de 1.000 hoy.

Contribución empresarial

Una de las razones por las cuales el planeta se está transformando en un lugar mejor es que los empresarios están lanzando cada vez más start-ups. Si uno se dedica a poner en marcha dentro de las compañías ideas predecibles, razonables y con un desarrollo lineal, nunca conseguirá grandes descubrimientos. No podemos olvidar que el día anterior a un gran logro, eso era una idea loca.

En el año 2000, lanzar una start-up relacionada con el mundo de Internet tenía un coste de cinco millones de dólares. Había que contratar software, hardware y personal. Cinco años después, gracias al código abierto (open source software o SSO) y a la escalabilidad horizontal, el coste pasó a ser de 500.000 dólares. En 2009, gracias a la cloud y a AWS (Amazon Web Services), pasó a ser de 50.000 dólares. Actualmente, debido al crowdsourcing, crowdfunding y otras plataformas colaborativas, el coste es inferior a 5.000 dólares.

Hoy es mucho más barato poner tu idea en Internet, lanzar una campaña en Kickstarter y hacer pruebas para comprobar si alguien puede estar interesado en comprarla. Por eso, el número de ideas que se están testando está explosionando. No es que los emprendedores tengan hoy mejores ideas –aunque puede ser que también–, sino que están dispuestos a probarlas una y otra vez, de forma continuada e insistente. Frente a esto, dentro de las grandes corporaciones, las ideas tienen que ser refrendadas, seguir unos procesos burocráticos de aprobación y someterse a todo tipo de controles y filtros.

Inversiones inéditas

Otro hecho que suplementa y apoya esta situación es la masiva abundancia de capital. Estamos experimentado una llegada de capital nunca antes vista, a través del crowdfunding, venture funding, initial coin offerings, sauvering y wel sovering (fondos soberanos) que provienen de todo el mundo. Merece la pena detenerse en las cifras relacionadas con el venture capital: en 2017, alcanzamos entre EE.UU. y Europa los máximos en negocios de capital riesgo, pasando de 84 a 130 billones; al año siguiente, sólo en EE.UU. el capital riesgo llegó a los 130, alcanzando 207 billones a nivel global, un 21% más que la cantidad registrada en 2017. La previsión para 2019 es que se logren nuevos máximos, y seguirá habiendo cada vez más capital dispuesto a invertir en compañías.

También el crowdfunding está llegando a máximos continuamente y se espera que alcance los 300 billones en el año 2025. La empresa de micromecenazgo para proyectos creativos, Kickstarter, ha llegado a los 400.000 proyectos y tres billones de dólares comprometidos. Todo esto significa que no importa dónde vivas, quien tenga una idea con mérito y una buena banda ancha, puede conseguir financiación.

En definitiva, se están produciendo, como nunca antes, enormes inversiones para acelerar las tecnologías. En la próxima década, vamos a ser testigos de la transformación de todas y cada una de las industrias, y también vamos a crear más riqueza que toda la que hemos sido capaces de generar en el último siglo.

La abundancia de capital más las 6 D’s exponenciales (un modelo según el cual las tecnologías exponenciales se caracterizan por estar digitalizadas –digitized–, ser engañosas –deceptive–, disruptivas –disruptive–, estar desmonetizadas –demonetized–, desmaterializas –dematerialized– y democratizadas –democratized–) significa que los emprendedores están haciendo más experimentos y poniendo en marcha más ideas locas y más modelos de negocio.

Cuando Chad Hurley fundó YouTube, financiaba la plataforma con tarjetas de crédito. 18 meses después la vendió a Google por 1,6 billones de dólares. Tampoco hay forma de explicar Uber o Lyft. El cuadro del Club de los Unicornios de 2011 a 2015 es increíble. ¡Cada una de esas start-ups ha llegado a valer más de un billón de dólares! La velocidad a la que los emprendedores están creando compañías es impresionante, ¡y el cuadro únicamente refleja ese proceso de aceleración hasta la mitad de 2015! Quizás sólo una de cada mil nuevas empresas logre convertirse en unicornio, pero el incremento de la generación es tal que hoy existen 360 unicornios en todo el mundo.


Una era prodigiosa (parte II)


Peter Diamandis, fundador ejecutivo y director de Singularity University

Texto publicado en Executive Excellence nº161, oct. 2019

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