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Nuevos tiempos, nuevas oportunidades

(Tiempo estimado: 7 - 14 minutos)

Aportar propuestas de futuro para enfrentar la situación económica española e internacional tras la pandemia, poniendo en el centro al empresario y al directivo, fue el objetivo del XX Congreso de Directivos CEDE, que este 2021 tuvo lugar en Córdoba y representó el punto de partida de la celebración del 25 aniversario de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos.

Isidro Fainé, presidente de la Fundación CEDE y de la Fundación ”la Caixa”, puso la mirada sobre dos grandes retos: “Recuperarnos lo antes posible de la crisis económica y sacar provecho y adelantarnos a las transformaciones profundas y aceleradas que tendrán lugar en nuestro entorno económico, financiero y social”. Todas las intervenciones pivotaron sobre ambos desafíos, también la de Su Majestad El Rey, que un año más quiso apoyar a los líderes empresariales e institucionales con su presencia. “Son esas transformaciones –les dijo Felipe VI– las que justifican evidentemente vuestro objetivo de recuperar pronto aquellas capacidades que se hayan podido ver mermadas; de configurar pronto un futuro más competitivo y de que queráis aprovechar las oportunidades que en estos momentos parecen atisbarse como más cercanas. Son cercanas y también se ven como más factibles si se piensa en que, a pesar de la crisis de estos meses atrás, es manifiesta la mejora de nuestros tejidos empresariales, que han mostrado muy buenos niveles de adaptación”.

AFIANZAR LA CONFIANZA COLECTIVA

S.M. El Rey llamó la atención sobre el lema de esta edición, “Nuevos tiempos, nuevas oportunidades”, al que calificó como “un mensaje ambicioso, de compromiso, y que demuestra una actitud proactiva. Comprende, además, un conjunto de tareas que se articulan alrededor de vuestra determinación en favor de la excelencia, de la innovación y de la sostenibilidad, y que hoy inspiran vuestros liderazgos corporativos (…). Los nuevos tiempos, las nuevas oportunidades, no tienen por qué cambiar, sin embargo, las claves de las responsabilidades directivas, ni obligan a limitarlas siguiendo pautas y modelos del pasado. Al contrario, requieren innovar e incorporar aquellos criterios y reglas novedosas que actualicen las maneras con las que afrontar las nuevas circunstancias que presentan los mercados del mañana.


Por difíciles que se presenten estos nuevos tiempos, será posible gestionar las exigencias globales con el éxito reiterado que ha hecho que nuestra economía siga compitiendo en los nuevos mercado


Las empresas y la sociedad confían en vuestra profesionalidad como directivos, ya que vuestro papel es cada día más determinante a la hora de contribuir a una innovación que afiance la confianza colectiva con la que poder superar cualquier reto”.

También advirtió que “a la complejidad de la situación actual –con cambios geopolíticos, transformaciones tecnológicas y aumento de las interdependencias– cabe sumar dos transiciones sistémicas e imparables que se están produciendo, como son la cada vez mayor concienciación medioambiental frente a la emergencia climática y la digitalización. Todo lo que está sucediendo condiciona, sin duda, las oportunidades que surgen y cómo aprovecharlas en esta redefinida globalización con alcance en diferentes ámbitos de nuestra vida.

Este difícil escenario os ha llevado a abordar en vuestro congreso el tema de los nuevos liderazgos postcovid, cómo deberían ser, cuáles son los nuevos caminos de la internacionalización y qué papel juegan en estos horizontes Asia, Estados Unidos y Europa. También cómo las redes sociales, factor dinamizador de la realidad digital, configuran las expectativas de los mercados y obligan a repensar a diario qué producir, qué vender y cómo aprender, pues es preciso entender cuáles son las claves de los nuevos mercados y aprovechar todas sus transformaciones”.

Finalmente, agradeció a los directivos su compromiso con la competitividad empresarial y su desempeño. “Vuestra labor es esencial en la gestión de recursos que permitan que en las propias organizaciones se pueda trabajar en un ambiente de confianza, compromiso, dedicación y equidad. Y todo ello redundará en un bienestar social y económico más generalizado, permitiendo que se garantice la imprescindible cohesión social”.

PERSEVERAR EN LA RESILIENCIA

Alineado con el deseo de bienestar social y económico de S.M. El Rey, el presidente de la Fundación CEDE, Isidro Fainé, se mostró convencido de la voluntad de servicio de los directivos y empresarios españoles. “Nos corresponde en estos momentos tirar del carro, porque es nuestra vocación y porque será nuestra manera de contribuir al progreso de la sociedad, a la que tanto debemos. Ese es el puerto al que nos dirigimos: ofreciendo un buen servicio a los clientes, dando más y mejores oportunidades de desarrollo profesional y creando riqueza para el bien del Estado y de la sociedad. Porque queremos, en última instancia, una sociedad más próspera y a ser posible más equitativa (…). Estoy convencido de que trabajamos y trabajaremos con esfuerzo, con pasión y con ilusión”.

Como hiciera en el Congreso del año pasado, Fainé reiteró su optimismo y lanzó un mensaje de aliento a los directivos: “Es cierto que se han producido daños y algunas bajas, pero el tejido empresarial se ha mostrado resiliente, desmintiendo todos los pronósticos agoreros realizados meses atrás (…). Sigo convencido de que está al alcance de nuestra mano el superar por completo la crisis y salir reforzados de ella (…). Los grandes empresarios y directivos que he conocido son optimistas con empuje. Resulta crucial que en tiempos de crisis el directivo no caiga en el agobio y no se deje arrastrar por el pesimismo”.

También destacó dos cualidades que históricamente ha observado en los líderes empresariales, como son determinación y resolución para actuar en el momento adecuado, y sagacidad, cautela y clarividencia para tener siempre un plan en la cabeza con los pasos posteriores. Al respecto, compartió cinco aspectos que contribuyen a una mejor función directiva:

  1. Diligencia, para realizar un análisis bien informado y riguroso del entorno.
  2. Agilidad, para actualizar y llevar a cabo los planes estratégicos basados en la nueva realidad.
  3. Gran determinación, para convertir las líneas estratégicas en planes de acción.
  4. Seguir demostrando resistencia ante esta realidad tan compleja.
  5. Mantener el compromiso fiel con la misión y los valores de cada una de las empresas, en especial la responsabilidad social.

Igualmente, el sector público mereció un reconocimiento por parte de Fainé, pues “ha proporcionado un apoyo excepcional a las familias y a las empresas, que valoramos y agradecemos. Desde la Unión Europea pasando por el Estado central sin olvidar los gobiernos autonómicos y hasta el más pequeño de los ayuntamientos se ha involucrado ante la gravedad de la situación empresarial”, afirmó el presidente de la Fundación CEDE, para después advertir del papel relevante que aguarda a este sector. Suya es la responsabilidad de “ayudar a que España forme parte del grupo de países delanteros en los próximos años. Por un lado, asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas y por otro sacar adelante la agenda de reformas comprometidas con la Unión Europea en el marco del fondo de recuperación”, declaró. “Desde CEDE, hacemos una llamada a aprovechar todas las ventajas de la colaboración entre el sector público y el sector privado”.


La reflexión estratégica debe ser un ejercicio permanente, y más aún en momentos de crisis transformadoras tan intensas. Todas las empresas deberían revisar a fondo sus planes estratégicos y someterlos a vigilancia constante


Con respecto al escenario económico, a pesar de que “todo indica que la reactivación se ampliará a lo largo de 2022 gracias a tres factores: el éxito de las vacunaciones masivas, donde España destaca en positivo; el buen tono de las grandes locomotoras internacionales, como son EE.UU., China y Alemania; y las inversiones y reformas ligadas a los fondos europeos de recuperación”, puso de relieve las dificultades del corto plazo, “especialmente las turbulencias que previsiblemente surgirán cuando las autoridades económicas empiecen a retirar las numerosas medidas de estímulo ahora existentes”.

Del mismo modo, Isidro Fainé enfatizó la necesidad de seguir de cerca a la inflación, “para ver qué efecto tiene sobre la coyuntura general y sobre nuestros costes, como las materias primas o los salarios”; y al déficit público: “Veremos qué tipo de acuerdos alcanzan los países de la UE en relación con la reducción del déficit público. No es fácil saber cuál es la velocidad idónea para volver a la disciplina presupuestaria en cada país”, aseveró.

Antes de finalizar su discurso, resaltó nuevamente la capacidad y confianza en la clase directiva y empresarial para salir airosa de este trance, y –como parte de esa clase– incidió en que “siempre tendremos muy presente que liderar es servir”.

UN LIDERAZGO MÁS INTEGRADOR

La experiencia durante la pandemia de dos compañías proveedoras de suministros esenciales, y su capacidad de adaptación, conformó uno de los paneles más atractivos de la jornada. El presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, y el presidente de Agbar, Ángel Simón, moderados por la consejera Amparo Moraleda, en esta ocasión como patrona de la Fundación CEDE, abordaron las características de "un nuevo liderazgo" en las empresas para el "tiempo de oportunidades" que se ha abierto como consecuencia de la crisis del coronavirus.

Para Simón, tras una situación tan excepcional –“nunca habíamos vivido casos tan extremos”–, hay dos competencias básicas para un buen líder, además de una que tiene que darse permanentemente, como es el compromiso de los trabajadores; y son: el liderazgo interno, “pues por primera vez tuvimos que relacionarnos con todo el equipo de una manera clara y ejerciendo y añadiendo valor”, y el externo, el liderazgo hacia fuera. “En nuestra empresa, las personas están en el centro y teníamos que seguir dando el suministro, y desarrollar especialmente la habilidad de empatizar con el exterior, y sobre todo ejercer liderazgo y transparencia con lo que estaba ocurriendo”.

Por su parte, el presidente ejecutivo de Naturgy, destacó, en primer lugar, la rápida capacidad de adaptación por parte de la compañía, que tuvo que cambiar con agilidad su forma de trabajo; así como el valor de las empresas. “Todas están ayudando a la sociedad a salir de la crisis, tanto dando los servicios como aportando su grado de solidaridad. En nuestro caso, con acciones como prontitud de pago a los proveedores, crédito gratuito a nuestros clientes, la implicación en los suministros de servicio gratuitos a los hospitales medicalizados, la incorporación de ofertas especiales para los colectivos que han contribuido… Creo que hay que poner en mucho valor lo que todas las empresas están haciendo y siguen haciendo”. Por último, “y más importante: las personas, a las que hemos puesto por delante de cualquier cosa. Hemos antepuesto a nuestros empleados y hemos cuidado de su salud; a nuestros clientes, y les hemos atendido de la manera adecuada para no ponerles en riesgo; y hemos mantenido nuestros compromisos de solidaridad social, al margen de que nuestras cuentas de resultados hayan sufrido, ya que no estábamos preparados para una irrupción de este tipo de fenómenos de una forma tan drástica”. 

El presidente de Agbar explicó cómo la pandemia había “acelerado procesos que ya llevábamos en marcha”, y que sin duda facilitaron la continuidad del servicio. Ambos líderes convinieron en que esta experiencia había supuesto un aprendizaje para la gestión empresarial en el futuro: “Lo que ha pasado en estos meses es que se nos han acelerado ciertas tendencias del entorno, se nos han abierto ciertos riesgos que probablemente no teníamos identificados y han aparecido otros modelos de negocio y otras oportunidades que también hubiesen aparecido, pero a una velocidad más lenta”, afirmó Reynés. “Un directivo no puede dejar de mirar alrededor para saber lo que está pasando. En este sentido, la pandemia ha supuesto una cura de humildad que nos ha enseñado que hay aspectos exógenos que nos pueden afectar a todos, que nos hacen repensar nuestros negocios y tomar decisiones más rápido, porque efectivamente puede que tuviésemos tecnología para poder tomarlas con agilidad, pero no teníamos ni la urgencia ni el ímpetu para hacerlo”, afirmó.

Los dos ponentes defendieron un liderazgo empresarial más integrador y conversaron acerca del significado del propósito. 

Para el presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, “las personas tenemos tres características: técnicamente, competencias; humanamente, valores; y deseos que podríamos llamar intenciones. Nuestro presidente de la CEDE, Isidro Fainé, siempre me ha dicho que el verdadero liderazgo es aquel que ejercen personas a las que tú sigues por sus intenciones, porque estas son las que sustentan el liderazgo. Yo creo que el propósito empresarial no es ni más ni menos que la plasmación de las intenciones. Estas no pueden estar al margen de las competencias, por supuesto, pero no serían nada si esas intenciones fueran incompatibles con los valores que tienen las empresas y que emanan de los valores que tienen sus directivos”. Por eso, concluyó, “tener una estructura accionarial y un equipo directivo que tengan iguales propósitos tiene mucho que ver con que, además de tener las competencias, compartan los mismos valores”.


El propósito es la plasmación de las intenciones, que no pueden estar al margen de las competencias, pero tampoco de los valores de la empresa


En palabras de Simón, "para nosotros la compañía es un conjunto de valores que debe servir a los accionistas, los trabajadores y la sociedad en general. El propósito de Agbar es mejorar el futuro a través de la gestión del agua desde el punto de vista de la sostenibilidad. Tenemos claro que trabajamos en un ecosistema de stakeholders al que añadimos valor, y el propósito forma parte íntimamente de ese ecosistema".

AMPLITUD DE MIRAS 

Un año más, la agenda del Congreso dio cabida a ponentes internacionales y multitud de aproximaciones –crecimiento económico, empleabilidad, responsabilidad directiva…– en torno al eje central. Todos ellas buscaron aportar conocimiento, inspiración e ideas para repensar los modelos de liderazgo de manera certera.

Como ejemplo, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, y la vicepresidenta de Microsoft Western Europe, Pilar López, debatieron sobre la innovación en relación con el cliente. La directiva puso el acento en que “el reto tecnológico en la gestión del cliente no está tanto en disponer de la tecnología y aplicarla como en la gestión que se haga del cambio normativo y de la gobernanza. Nos abre un mundo de posibilidades para la personalización y micro segmentación con nuestros usuarios, para poder sorprenderles en el buen sentido de la palabra; para llevarles la mejor experiencia y el mejor servicio”.

Al respecto, Gortázar explicó que llevan “mucho tiempo tratando de segmentar y personalizar la experiencia del cliente, conocerle también desde canales y darle una oferta de servicio diferencial”; después de relatar cómo “la relación con él ha cambiado de manera radical”, pasando de ser una relación de un solo canal, a través de las sucursales bancarias, a ser multicanal y, en la actualidad, omnicanal. En este sentido, destacó la relevancia de que el cliente “pueda elegir” y de que la entidad pueda “reconocer y hacer una foto integral del cliente”, que tiene una expectativa diferente en función del canal.


Mantener la confianza es el objetivo más importante de todo lo que hacemos, es la esencia y no se mantiene sola. En un mundo de constante innovación, hay que asegurar que no perdemos ese centro de confianza


Más allá de las múltiples opciones que ofrecen la analítica de datos y los modelos de IA –“un viaje que acaba de empezar y cuya potencialidad es enorme”, según Pilar López–, el consejero delegado de CaixaBank calificó la confianza como el pilar fundamental de su actividad. “Mantener esa confianza es el objetivo más importante de todo lo que hacemos, es la esencia y no se mantiene sola (…). En un mundo de constante innovación, hay que asegurar que no perdemos ese centro de confianza”.

José Luis Bonet (Cámara de Comercio de España), Antonio Garamendi (CEOE), Hilario Albarracín (KPMG), Adrian Li (Bank of East Asia), Ana Cano (Eurosemillas), Enrique Lores (HP), Tobías Martínez (Cellnex), Manuel Muñiz (IE), el ministro Manuel Castells, Margaritis Schinas (Comisión Europea), Adebayo O. Ogunlesi (Global Infrastructure Partners), la médico psiquiatra Marian Rojas Estapé, y César Arranz, Antonio Garrigues, Ramón Adell, Mario Armero y Ángeles Delgado por parte de la Fundación CEDE, fueron otras voces del Congreso que, nuevamente, combinó un formato híbrido –presencial y retransmisión en directo para todo el mundo–, permitiendo que más directivos y ejecutivos pudiesen formar parte.


XX Congreso de Directivos CEDE.

Artículo publicado en Executive Excellence n177, noviembre 2021.


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