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Repensando a Drucker en 2021

(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)

En épocas turbulentas ayuda volver a los clásicos y, como dice el profesor Guido Stein, “Drucker ha sido siempre un clásico, es decir, un autor actual, por el que el paso del tiempo no hace sino reafirmar la relevancia de lo que dijo”. En realidad no es que vuelva, porque su legado nunca se fue. Encuentros como el Global Peter Drucker Forum le honran cada año con los académicos y directivos más prestigios de todo el mundo.

Pero este 2021 se está revelando especialmente confuso. La estela de la pandemia sigue arrasando con varios paradigmas empresariales, previsiones calculadas y buenas prácticas que han resultado no serlo tanto. Toca meditar, revisar, reinterpretar… y aprender de lo que Drucker consideró más importante sobre la gestión, como función social, en este entorno de eventos disruptivos, transformación tecnológica y economías cada vez más basadas en el conocimiento. Eso fue lo que hicieron el pasado 30 de junio los pensadores de management más célebres de nuestro tiempo en A Day of Drucker, una cita única motivada por las circunstancias del momento, cuyas principales lecciones abordaremos en el número de septiembre de Executive Excellence.

Entre tanto, recopilamos algunos trazos de su obra y de las influencias que lo moldearon como pensador, como ese clásico de la gestión al que recurrir para encontrar inspiración y crear futuro: 

  • La vida de Peter Drucker en la capital de Austria, que en los años 20 era el centro de conocimiento, cultura y bellas artes de Europa, impactó enormemente en su desarrollo. Esa capacidad de observación desde distintas perspectivas le permitió replantear los problemas de manera innovadora y le confirió la facultad de ver la realidad de un modo diferente a los demás.
  • El World Economic Forum habla hoy de “gran reseteo” (the great reset), pero Drucker siempre se mostró tremendamente escéptico ante cualquier intento de “reseteo”. De hecho, todas las revoluciones que pensaban tener la solución perfecta, fracasaron. Por eso una de sus inquietudes actuales sería la de cómo asegurarnos de que la tecnología esté al servicio de la humanidad.
  • Ante el problema de un estado de bienestar sujeto a tensiones excesivas, proteger a los jóvenes, a las próximas generaciones, sería para Drucker un motivo de preocupación. Hemos acumulado una deuda increíble y las nuevas generaciones se enfrentan a un futuro lleno de incertidumbres sociales, económicas, laborales, medioambientales (con un coste brutal)…
  • Para el pensador, el potencial humano es el mayor recurso natural con el que contamos, y el principal desafío al que se enfrenta el management es cómo liberarlo. Un reto aún más complejo en un tiempo ávido de ingenio, creatividad e innovación de las personas.
  • Drucker instó a las empresas a promover activamente sus servicios a la sociedad ante una opinión pública "que a menudo sólo se da cuenta de ellos cuando estalla algún escándalo". En su opinión, el lenguaje crea comunidad y cooperación, por eso es responsabilidad social de los trabajadores del conocimiento, ya sean gerentes, científicos o consultores de gestión, hacerse entender por el público en general y utilizar un lenguaje comprensible.
  • Una empresa está enferma “cuando la promoción laboral llega a ser más importante para los empleados que cumplir con su trabajo”.
  • Drucker estima que el noventa por ciento de lo que preocupa a cualquier tipo de organización, mercantil o no, es genérico. “Hay que ajustar solo ese diez por ciento de management a la misión específica de la organización, a su cultura específica, a su historia específica y a su vocabulario específico”.
  • Su visión de la ética es contemplada desde dos perspectivas: la tradición occidental, guiada por la prudencia, cuya práctica lleva implícito el hecho de que las conductas de las personas son cuestionadas. Se tiene, por tanto, la obligación ética de dar ejemplo, y de este buen ejemplo se derivan las posiciones de autoridad. Sin embargo, para que esa prudencia no desemboque en posturas dictatoriales, Drucker contempla la tradición oriental, confucionista, donde las acciones están guiadas por relaciones de interdependencia y lealtad mutua (por ejemplo, entre superior y subordinado), rechazando el poder derivado de una posición social.
  • Para Drucker, “los trabajadores del conocimiento deben tener un aprendizaje continuo integrado en sus tareas”. Resulta útil preguntarse si, como directivo, ¿está facilitando ese aprendizaje en su empresa?, ¿forma la innovación parte de su trabajo?, ¿hay un enfoque en la productividad y la calidad? Y, como trabajador del conocimiento, ¿qué necesita aprender para mantenerse actualizado?, ¿qué necesitan saber y comprender sus compañeros acerca de su área de conocimiento y cómo esta contribuye a la organización?

Artículo publicado en julio de 2021.

Fuentes: Drucker, vivo y vigente / Peter Drucker en 2010 / Blog Drucker Forum: shape the debate.


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