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Tras la chispa creativa

01 de Octubre de 2022//
(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)
Creatividad Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

A raíz de la publicación del libro Inspired. Understanding creativity, Rita McGrath mantuvo una interesante conversación sobre creatividad con su autor, el periodista del New York Times y ganador de un premio Pulitzer, Matt Richtel. La profesora de Columbia Business School subrayó la cantidad de historias, entrevistas y ejemplos sobre el proceso creativo en todas las épocas que recoge el autor y que desmontan algunas de las creencias asumidas en torno a la creatividad.

El miedo en la raíz

Una de las cosas que más llamó la atención de McGrath fue el hecho de que, “a pesar de nuestro sesgo cultural a favor de la creatividad, el trabajo de Richtel con investigadores que estudian nuestros sentimientos reales sobre las soluciones creativas descubre que, para muchos, las nuevas soluciones creativas dan miedo y pueden tener connotaciones negativas. Esto tiene sentido cuando se ve a través de la lente de la estabilidad frente al cambio. Al fin y al cabo, una nueva solución creativa verdaderamente significativa deja obsoletas las anteriores”. Para muchos, las nuevas soluciones creativas dan miedo y pueden tener connotaciones negativas

Creative marketing Innovative communication idea and selling promotion strategy with clever design thinking 3D illustration style.La idea del sufrimiento como fuente de creatividad es igualmente sustentada por Gianpiero Petriglieri, profesor asociado de Comportamiento Organizacional de INSEAD. “Desde una perspectiva clínica, las ideas provienen del sufrimiento, de lugares extraños y de otras personas. Alguien como yo que se dedica al mundo de la docencia, y que trata a diario con mucha gente, acumula gran cantidad de experiencias que después debe encajar a modo de puzle. Siempre he pensado que la mayor huella se genera en un lugar que duele; un lugar donde existe algo que no entiendes o que te molesta. Ese pensamiento no puede permanecer eternamente en esa situación. Desde el punto de vista académico, creo que la idea en cuestión debe atravesar un proceso (datos, revisión, o alguna forma de validación) que sintonice con una experiencia personal considerada válida. Los temas que nos preocupan nacen, generalmente, de los encuentros y la interacción entre las personas”.

Para el experto en robótica e IA, Alejandro Alonso Puig, existen dos motores capaces de influir poderosamente en el proceso creativo e innovador: la pasión y el miedo. “¿Por qué será que con frecuencia negamos nuestros logros, nuestras ideas, nuestro potencial?”– se pregunta–. “El miedo acecha. Es la otra cara de la moneda. Pero el miedo no es solo un efecto psicológico. Tiene un efecto físico real. El miedo es capaz de reducir el riego sanguíneo a determinadas zonas del cerebro involucradas directamente en el proceso creativo. Es el miedo a fallar, a ser un fracasado, a hacer el ridículo, a ser criticado, a caer. Ese miedo frena y bloquea en ocasiones. Pero en realidad es la forma en que gestionamos ese miedo, lo que nos paraliza o nos libera”.El miedo es capaz de reducir el riego sanguíneo a determinadas zonas del cerebro involucradas directamente en el proceso creativo

Una cuestión de selección natural

Como recoge McGrath, la evolución biológica pasa por fenómenos predecibles. Durante la variación biológica, se introducen mutaciones en el acervo genético, la mayoría de las cuales son eliminadas por un proceso llamado selección. Las pocas que hacen que un organismo se adapte mejor a su entorno se mantienen y pasan a formar parte de las características de esa población. Lo mismo ocurre con las ideas. Al igual que la variación biológica, la creatividad es innata en todos nosotros.

Además, ese proceso por el que surgen nuevas ideas y soluciones es fundamental para el progreso. Los seres humanos somos muy ingeniosos a la hora de proponer nuevas ideas, pero buena parte de ellas no llegan a ninguna parte. Por eso, “una de las razones por las que ser innovador es tan desalentador es que el fracaso es la norma, y el éxito la excepción”, concluye la profesora. Una de las razones por las que ser innovador es tan desalentador es que el fracaso es la norma, y el éxito la excepción

Son varias las causas que pueden explicar ese fracaso: tradiciones y costumbres que lastran la creatividad y hacen que la inercia del pasado pese demasiado; un éxito mal gestionado que frena la exploración de nuevas formas de hacer las cosas y se acomoda en la tarea repetitiva; la necesidad de aprobación de los demás; una experiencia mal entendida…

Sin embargo, existen también múltiples aliados del proceso creativo que motivan la generación continua de nuevas ideas que hacen posible el desarrollo y el progreso.

Imaginando más allá

Innovative idea and designer creative mind concept or brainstorm ideas with smart design thinking 3D illustration style.Matt Richtel describe en su libro cómo habilidades que no tienen nada que ver con la inteligencia bruta o la formación fomentan la creatividad. Las personas creativas, por ejemplo, "ven" más material en el mundo que les rodea. Son personas curiosas que cuestionan las ideas existentes. Además, generan muchas ideas –es la cantidad sobre la calidad– porque nunca se sabe qué mutación lo logrará.

Tal y como defendía Sir Ken Robinson, “la creatividad es poner a trabajar la imaginación, aplicarla a algo que queremos hacer. Por eso, las empresas deben estimular una cultura que aproveche la imaginación de todos sus empleados”. Abrir la mente a aquellas cosas que no podemos ver, y ponerlas en práctica dentro de nuestras organizaciones, hace que nos transformemos en profesionales mejores y más creativos

Compañías como Pixar se han consolidado como paradigmas de la cultura creativa sana. Una de sus característica distintivas es la libertad a la hora de compartir ideas, opiniones y críticas. “Nuestra toma de decisiones mejora cuando recurrimos al conocimiento colectivo –afirma Ed Catmull, cofundador del famoso estudio–. Además, abrir la mente a aquellas cosas que no podemos ver, y ponerlas en práctica dentro de nuestras organizaciones, hace que nos transformemos en profesionales mejores y más creativos. Muchas empresas acaban transformándose en organizaciones muy conservadoras por infravalorar lo que no pueden ver y sobrevalorar los peligros que sí se pueden ver”.

Cultivar para cosechar

El psicólogo Edward de Bono, pionero en la aplicación del pensamiento lateral (habilidad operacional para desarrollar nuevas ideas), aseguraba hace años en una entrevista a Executive Excellence que “todos tenemos la capacidad de ser más creativos si nos concentramos en ello, nos lo tomamos en serio y practicamos. Hay que tener la mente activa continuamente, creando los hábitos de la creatividad que se basan en la búsqueda de nuevas posibilidades y alternativas, trabajar con conceptos diferentes, etc. No es una cuestión de genios, sino algo que se puede entrenar”.

Esta misma creencia es refrendada por Richtel en su obra. Estar abierto a nuevas ideas y sentir curiosidad por ellas es un buen punto de partida, sostiene el autor, quien también recomienda darse tiempo para dejar vagar la mente. A este respecto, el libro Entrena tu cerebro, de la experta en neurociencia aplicada al aprendizaje, el liderazgo y la creatividad, Marta Romo, expone lo esencial que es “dedicar un tiempo a la actividad contemplativa, que tiene que ver con el poner observación en tus propios pensamientos, tener la capacidad de soñar, visualizar, imaginar. Algunos lo llaman meditar, otros orar, otros mindfulness… En definitiva, es tener al menos cinco minutos al día en los que el cerebro conecta con algo trascendente o con algo que no existe, que es futuro, para activar determinadas partes de la corteza”… Y conseguir que, por fin, surja la chispa de la creatividad.


Artículo publicado en Executive Excellence septiembre de 2022.

 


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